29 de marzo

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Buscan superar su situación de calle con un emprendimiento propio y apoyo municipal

Carlos, Juan y Víctor se conocieron pernoctando en la Terminal. Desde el municipio se los alentó a formarse en producción de pastas. Hoy impulsan un proyecto de trabajo con horizonte de hogar.

A Carlos Zalazar (41), Juan Brandan (61) y Víctor Minacori (50) los une una realidad en común: viven en situación de calle, así como un pasado similar de trabajo, esfuerzo y afectos construidos a lo largo de la vida.  Los vaivenes económicos del país los llevaron a perder sus trabajos, y a dos de ellos hasta a la familia. Se conocieron pernoctando en la terminal de ómnibus de la ciudad hasta que consiguieron un espacio en el refugio Sol de Noche.

Cuando llegaron al refugio para adultos no imaginaron que desde la Municipalidad de Rosario los invitarían a pensarse fuera de la calle, a partir de recuperar la dignidad que da el trabajo. Fue así que desde hace unos meses comenzaron sus capacitaciones en elaboración de pastas en la Agroindustria del Centro, uno de los centros de capacitación y producción de la Secretaría de Economía Social, ubicado junto al río Paraná en Schiffer 1570, y en el Centro de Capacitación y Producción Casiano Casas, emplazado en el norte de la ciudad (Blas Parera 1328).

Hoy ellos amasan un sueño que, están convencidos, los devolverá a "la vida formal", como dicen. La conformación de un emprendimiento dedicado a la fabricación de pastas y pizzas es la meta a alcanzar para salir adelante.

Víctor

Víctor Minacori es el único de los tres que tenía experiencia en la producción de alimentos y en gastronomía en general. Fue propietario de una fábrica de pastas en Barrancas. La crisis de 2001 lo obligó a bajar las persianas de su empresa, y también se llevó a su familia (esposa y dos hijas) quienes buscaron  nuevos rumbos fuera del país. Luego de esa etapa de cierres forzados, Victor trabajó en un carrito de hamburguesas en Buenos Aires.

Al regresar a Rosario consiguió un puesto en un parador de las islas frente a la ciudad hasta que el lugar cerró. “No tuve problemas en volver a empezar. Todos tenemos problemas pero siempre se puede salir”, dice mientras se acomoda el delantal que viste para amasar fideos de espinaca. “Estoy apostando a este emprendimiento que me devolverá al trabajo formal, y que ahora me permitió volver a conectarme con mi familia que vive en Estados Unidos vía Skype”, anuncia con optimismo.

Juan

Juan Brandan se desempeñó toda su vida como administrativo hasta que la empresa para la que trabajaba, ante los embates de la economía, cerró sus puertas. Primero consiguió trabajo como vigilador. Tras un tiempo ahí terminó en la calle, sin nada una vez más. Hasta abril pasado vivió en la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno donde conoció a sus actuales compañeros de ruta, con quienes comparte un espacio transitorio en Sol de Noche.

A los 61 no es fácil, todo es nuevo para mí”, expresa mientras mide la harina necesaria para preparar la masa de los fideos. “Todo se aprende a cualquier edad”, dice y agrega: “Acá aprendo a producir para salir moral y económicamente”. Juan será el administrador del emprendimiento que planifica con sus compañeros. Para ese rol experiencia no le falta, y en cuanto a la cocina, la está adquiriendo en las capacitaciones que les dan y ajustándose al paso a paso de las recetas.

Carlos

Carlos Zalazar está desde hace un año en situación de calle cuando perdió su trabajo como técnico electricista en una empresa. Tiene esposa y una hija de casi dos años. Ellas quedaron viviendo en casa de un familiar pero no había espacio para él así que los primeros tiempos dormitó -en este punto aclara que “en la calle no se duerme, sólo se dormita”- en la terminal de ómnibus local hasta llegar al refugio.

Reconoce que está ansioso por salir adelante con la fabricación de pastas y así poder estar nuevamente bajo un mismo techo con Mirtha, su mujer, y su pequeña hija, quienes lo acompañan cada vez que pueden a la Agroindustria del Centro. “Sueño con vivir con la familia, este emprendimiento será un gran respaldo”, señala mientras en su cara se dibuja una sonrisa al ver a su niña a través del enorme ventanal de la sala de producción lindera al río.

Este mes los tres comienzan los cursos del programa Rosario Emprende, en el nivel ABC, que les permitirá conocer el paso a paso del armado y desarrollo de un emprendimiento. Este nivel va desde el inicio, administración y técnicas de comercialización.

Agroindustria del Centro, un lugar de aprendizaje y producción

En este centro de Capacitación y Producción, ubicado en Schiffer 1570, se dictan dos cursos de formación profesional. Uno de ellos es de pastelería y cocina que brinda certificaciones provinciales y es dictado por docentes de la Escuela Técnica Servando Bayo. El otro es de panificación con harinas integrales. Este curso se dicta con capacitadores de la Secretaría de Economía Social del municipio. El espacio ofrece un centro de producción que es utilizado por los emprendedores que no cuentan con lugares para tal fin.

En estos espacios de capacitación y producción se adquieren las técnicas vinculadas no sólo a lo estrictamente productivo sino también a todo lo referido a manipulación de alimentos, obteniendo quienes concluyan el cursado la correspondiente certificación con el respaldo del Instituto del Alimento.

Capacitación, producción e inclusión

Los centros de Capacitación y Producción de la Secretaría de Economía Social son espacios territoriales para la inclusión sociolaboral de los ciudadanos.

En ellos se promueve el desarrollo de formas productivas y de comercialización, propiciando la creación de redes sociales, al igual que la recuperación y apropiación de conocimientos y saberes.

Trabajan en el marco del programa Rosario Emprende, herramienta creada por el municipio a través de la Secretaría de Economía Social para acompañar al emprendedor en su trayecto de inserción, fortalecimiento subjetivo, inclusión social e impulso y desarrollo de su emprendimiento.

En estos centros los emprendedores comparten saberes y elaboran, entre otros, productos de panadería y pastelería, alfajores, masitas, panes, budines, pastafrolas, dulces y granola, que luego comercializan en las distintas ferias solidarias de la ciudad.

Actualmente, la ciudad cuenta con once Centros de Capacitación y Producción, ubicados en todos los distritos de la ciudad:

  • Centro Las Flores (Violeta 1756)
  • Centro Casiano Casas (Blas Parera 1328)
  • Centro Molino Blanco (Boquerón 683)
  • Agroindustria Oeste (Av. Pte. Perón 4553)
  • Agroindustria del Centro Verduras (Pje. Schiffner 1570)
  • Agroindustria del Centro Cosmética (Pje. Schiffner 1580)
  • Parque Huerta Hogar Español (Uriburu 3865)
  • Parque Huerta La Rosarina Linda (San Martín y Platón)
  • Parque Huerta Molino Blanco (Ayacucho y Guillermo Tell)
  • Parque Huerta La Tablada (Gutiérrez y Av. Circunvalación)
  • Parque Huerta Bosque de los Constituyentes (Av. Sorrento y arroyo Ludueña)