22 de noviembre

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Un centro barrial municipal es pionero en la promoción de saberes ancestrales y prácticas saludables

El CCB Espacio 11 La Tierrita involucra a grandes y chicos del Noroeste en una singular experiencia que invita a "reconectar con la propia naturaleza" a través de múltiples propuestas.

El Centro de Convivencia Barrial ubicado en Pje. Mburucuyá 951 bis (distrito Noroeste) adoptó el nombre de Espacio 11 La Tierrita en mayo de 2018, momento en que empezó a perfilar una nueva modalidad de trabajo y acción barrial, que apunta a fortalecer los vínculos comunitarios y a rescatar saberes ancestrales. Así lo describe Silvina Abaroa, coodinadora del lugar, quien comenta que el proyecto se basa en la Ordenanza Municipal Nº 8.155, que "promueve el trabajo a partir de los saberes ancestrales vinculados con prácticas saludables, sean orientales o de los pueblos originarios, revalorizando prácticas como la meditación, el yoga, el chikung, el uso medicinal de las plantas, u otras prácticas que aporten a nuestro bienestar".

Espacio 11 La Tierrita se enmarca en las políticas sociales que lleva adelante la Secretaría de Desarrollo Social, en los más de 30 centros de Convivencia Barrial que se ubican en diferentes puntos de la ciudad, con propuestas que apuntan a la inclusión de grupos familiares, favoreciendo el pleno ejercicio de sus derechos. En esa línea de acción, se da lugar a propuestas desarrolladas en forma articulada por diferentes secretarías del municipio, y con áreas del gobierno provincial.

La Tierrita acerca a las vecinas y vecinos del distrito Noroeste una propuesta muy amplia que incluye: escuela primaria para jóvenes y adultos, el programa Vuelvo a estudiar (para retomar estudios secundarios), espacio de Desarrollo Infantil (para niños y niñas hasta 2 años), Maternar (acopañamiento para embarazadas), talleres de ajedrez, biodanza y juegos en la naturaleza. Además, talleres de cocina y desayunos saludables, saberes básicos sobre huerta orgánica y jardinería, intercambio de semillas y plantines, talleres de plantas medicinales y preparados naturales, talleres de relajación, Yoga y Chikung. Por otro lado, aloja la capacitación en Bioconstrucción para jóvenes, en el marco del Programa Nueva Oportunidad.

Todas las actividades desarrolladas allí adoptan una cualidad particular, al enmarcarse en un proyecto que busca rescatar saberes tradicionales, tal como lo resalta Abaroa: "No nos queremos quedar sólo en la técnica, como por ejemplo los conocimientos vinculados a la bioconstrucción o las técnicas de respiración propias del chikung, sino que esos saberes nos sirven para poder encontrarnos con nosotros mismos y con los otros, buscando valorar los saberes que cada uno tiene para compartir".

En relación a la perspectiva desde la que se trabaja, la coordinadora del espacio rescata la importancia de fortalecer los lazos comunitarios y los espacios de encuentro con otros, en conexión con lo cual recuerda una definición proveniente de los pueblos orginarios, según la cual "la salud sería aquel estado en el que nos sentimos bien entre nuestros seres queridos", y agrega que desde esa cosmovisión se pensaba que "si alguien entraba en un proceso de dolencia sólo podría salir en tanto la comunidad lo cobijara para entender el proceso que su cuerpo estaba haciendo".

Asimismo, Abaroa manifiesta que se busca ir más allá del trabajo por franjas etarias, para "volver a las vivencias de otra época en las que niños y niñas acompañaban a sus padres en los quehaceres diarios, produciéndose en esa instancia el pasaje de una generación a otra". De modo tal que en este centro, vecinas y vecinos, sin importar las edades, pueden encontrarse participando juntos, por ejemplo, del taller de juegos en la naturaleza o colaborando en la elaboración colectiva de un guiso.

Laura Capilla, secretaria de Desarrollo Social, valoró la importancia de que la Municipalidad esté abierta a integrar distintas miradas y saberes, tal como lo evidencia la sanción de la Ordenanza Municipal Nº 8.155, que data del año 2007. "Quiero destacar la importancia de que el municipio esté abierto a incorporar nuevas prácticas y saberes, las comunidades tienen mucho que aportar y es un desafío como Estado construir junto a otros condiciones de mayor bienestar. Rosario fue pionera en reglamentar e implementar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para promover abordajes holísticos e integrales y nuevas práticas, La Tierrita es un ejemplo de eso", afirmó la funcionaria.

Celebración de la Pachamama

Durante el mes de agosto se desarrollaron una serie de actividades para conmemorar y agradecer a la Pachamama -madre tierra proveedora de vida-, recuperando así una celebración ampliamente difundida entre los pueblos originarios de Latinoamérica.

Talleres de huerta en casa, de cocina, de amasado de lana de oveja, de juegos, entre otros, tuvieron lugar en La Tierrita a lo largo del mes.

El sábado 24 se realizó el festejo central, con un guiso comunitario de lentejas cocinado entre niñas, niños, adultos y mayores. Además, chicos y grandes pudieron participar de la construcción de un horno de barro comunitario, en el que "cada uno puso su aporte, sus buenas intenciones y deseos", según aportó Abaroa. El taller teórico vivencial de construcción de un horno de barro chileno fue coordinada por el grupo que participa del Nueva Oportunidad.

En el marco de los festejos por el mes de la Pachamama, se desarrollaron también talleres coordinados por los programas de Medicinas Naturales y Tradicionales y de Educación para la Salud municipales, en los que se trabajó con la ortiga, planta que crece en otoño e invierno.

Las vecinas y vecinos aprendieron a hacer un revuelto de ortiga, para el cual usaron huevos producidos en el barrio y cebollas de las huertas de la zona. Además, se elaboró un jabón de ortiga, de gran utilidad para los problemas circulatorios, así como para la limpieza de la piel y del cabello.

Mónica Quiroga y Marita Pagani, de la Secretaría de Salud, estuvieron a cargo del desarrollo de los talleres; comentaron que a través de los mismos se busca "propiciar el autocuidado, para que se comprenda que la salud es holística, que tiene que ver con una buena alimentación, con estar contento con lo que uno hace, con estar bien con nuestros seres cercanos".

Las talleristas resaltaron que desde el programa de Medicinas Naturales y Tradicionales se trabaja para revalorizar los saberes que cada persona trae desde su región de origen y su tradición familiar, para que puedan reconectar con su historia y transmitirla a sus hijos. Sin embargo, advirtieron que es necesario tener cierta precaución ante las diferencias regionales. "Al mudarse de un lugar a otro, a veces, no se encuentran exactamente las mismas plantas, y se pueden generar confusiones", remarcaron Quiroga y Pagani, por lo cual, aclararon que es necesario un asesoramiento al respecto, principalmente, para evitar posibles confusiones entre plantas tóxicas y otras que no lo son.

Un proyecto comunitario desde la Bioconstrucción

Desde comienzos de 2019, un grupo de jóvenes se capacita en Espacio 11 La Tierrita, en el marco del programa Nueva Oportunidad, en técnicas de bioconstrucción.

Matías, Melina y Érica son educadoras y educadores que están a cargo de la propuesta de formación. "Arrancamos englobando diferentes técnicas provenientes de los saberes ancestrales, que se van enseñando en diferentes postas a través de las cuales los jóvenes van rotando para ir aprendiendo cada uno de los procesos", señalan.

En uno de los espacios se trabajó en la finalización del horno de barro que se empezó a construir colectivamente en el festejo central de la Pachamama, en otro los jóvenes fueron aprendiendo la técnica de fieltro y en la tercer posta, aprenden sobre cerámica.

Matías describe las ventajas del horno chileno a comparación del horno de barro tradicional, aclarando que "como tiene la boca abajo, permite seguir alimentando con leña durante la cocción, e incluso permite usar una leña de menor calidad y más económica".

En el espacio de cerámica se abocaron a la construcción de objetos cotidianos como mates o vasos, que se elaboran con una cerámica trabajada a partir de tierras de la zona, según cuenta Melina, quien agrega que los chicos aprenden a trabajar la pasta para ir mejorándola con distintos agregados.

Érica, por su parte, está a cargo del taller de fieltro, donde enseña una técnica ancestral de amasado con lana que recibieron a través de una donación. "La idea es aprender todo el proceso, a partir de la lana recién esquilada, realizando el proceso de lavado y cepillado hasta llegar a construir paños de fieltro para la construcción, o teñirla para la realización de tapices y objetos", relata, a la par que explica que la técnica del fieltro viene de los mongoles, que hacían sus casas, llamadas yurtas, con ese material que es impermeable, acústico y termostático.

Integrando las diferentes técnicas, en el espacio de capacitación están trabajando con el objetivo de llegar a la construcción de un salón de usos múltiples para el Centro de Convivencia Barrial, elaborado completamente con materiales renovables, que brinda la naturaleza.

Vanina es una de las jóvenes que participa de la capacitación, y relata su satisfacción con la experiencia de aprendizaje que está atravesando, así como por el acompañamiento de los capacitadores: "Nunca pensé que iba a estar limpiando lana, pero acá estoy, muy contenta por todo lo que vamos aprendiendo día a día, y por la paciencia que nos tienen los profes".

Silvina Abaroa agrega que además de todo el proceso de aprendizaje que están atravesando, el grupo de jóvenes está empezando a replicar lo aprendido a personas interesadas en la temática en la Biblioteca Alberdi. En el primer encuentro realizado, explicaron cómo se hacen los ladrillos de adobe, y cuáles son las ventajas de una construcción con barro, entre otros cosas que fueron aprendiendo.

Centro Cuidar La Tierrita

BURUCUYA 951 BIS

4807802