Municipio y casa propia: 281 familias de barrio Molino Blanco inician trámites de escrituración
A través del Servicio de la Vivienda se trabaja allí desde hace más de una década con obras de infraestructura y acciones sociales. Ahora vecinos obtendrán el título de propiedad definitivo.
Este lunes se formalizó el primer paso para que 281 familias de barrio Molino Blanco concreten la escrituración de sus viviendas. Vecinas y vecinos de los lotes correspondientes a las manzanas 1, 2 y 3, ubicadas entre Ayacucho, Pje. 525, Colectora Juan Pablo II y Pje. 529, se acercaron hasta las instalaciones del Centro de Convivencia Barrial (Boquerón 639), convocados por el municipio, para presentar documentación e iniciar los trámites a fin de acceder al título de propiedad definitivo.
La intendenta Mónica Fein visitó el barrio de zona sur minutos antes de que se inicie la operatoria y celebró que los vecinos puedan obtener sus escrituras, a una década del inicio de la intervención del municipio allí (2004) a través del Programa Rosario Hábitat, llevado adelante por equipos técnicos y sociales del Servicio Público de la Vivienda y el Hábitat (SPVH).
“Estoy realmente muy feliz de estar acá, venir hoy para empezar a cerrar una etapa en el barrio y cumplir el sueño de la casa propia de todos ustedes”, expresó la jefa municipal y adelantó que el Estado local continuará con otras intervenciones una vez que finalice este proceso. “Vamos a seguir trabajando juntos, vamos a continuar en el barrio”, se comprometió.
Por su parte, el presidente del SPVH, Manuel Sciutto, remarcó que durante todo el mes de agosto, los días lunes, martes y miércoles, de 9 a 12 en el CCB, equipos municipales continuarán atendiendo a los vecinos y recibiendo documentación. “El proceso de recolección de la documentación lleva alrededor de 3 meses y luego otros 3 o 4 meses de trabajo en escribanía para que pueda entregarse la escritura”, señaló.
Cabe destacar que la intervención a través de Rosario Hábitat llevó mejoras y servicios a 807 familias y el mejoramiento de 564 lotes. En total, 232 grupos familiares fueron relocalizados y otros 11 recibieron compensaciones económicas.
Entre los trabajos de infraestructura que se concretaron en el barrio se destacan la apertura de calles, el estabilizado de arterias con carpeta asfáltica, la construcción de unos 5 mil metros de vereda y más de 7 mil metros de cordón cuneta y la colocación de 115 columnas de alumbrado público. Además, se instalaron dos subestaciones transformadores de la EPE, se ejecutaron 5.000 metros de la red de gas y se realizaron obras complementarias para evitar anegamientos ante lluvias intensas, entre otros trabajos.
Como es habitual en este tipo de acciones por parte del municipio, el programa Rosario Hábitat no solo implicó intervenciones urbanas y de obra pública sino también políticas de desarrollo social sustentable. A través del componente Generación de Trabajo e Ingresos (GTI) se desarrollaron tareas de capacitación laboral para jóvenes y para microemprendedores.
El origen de Molino Blanco
Su nombre se debe a la denominación de un pequeño tambo existente en el lugar, a comienzos del siglo pasado. Posteriormente, cuando el barrio se fue poblando un grupo de comerciantes tomó esa denominación para apodar a su negocio, como así también una empresa de transporte público de pasajeros.
Aunque la mayoría de la gente usa ese nombre para referirse al barrio, en el borde Norte (donde se emplazan viviendas con frente al Pasaje 529), muchas familias adoptaron la denominación que corresponde a las jurisdicciones de las vecinales de la zona: Vicente López y Planes o Magnano.
Al respecto de este último, durante muchos años existió un terraplén que dividió este sector del resto del barrio, y algunas instituciones de esa zona adoptaron su nombre.
Más de cien años de historia
El primer hecho urbano del sector fue la habilitación de las vías del Ferrocarril General Provincia de Buenos Aires en 1907, que ingresaba a la ciudad al atravesar el arroyo Saladillo, tomando hacia el noroeste y corriendo paralela a la calle Ayacucho hasta la ex estación La Bajada, hoy ocupada por el asentamiento Cordón Ayacucho. Con la nacionalización de los ferrocarriles en 1949, pasó al ferrocarril General Belgrano y dejó de utilizarse.
Finalmente, el 12 de febrero de 1969 el ramal fue desafectado desde la calle Lamadrid hasta el arroyo Saladillo, según resolución de la Secretaría de Transporte de la Nación.
Antes de la formación del asentamiento, la zona estaba ocupada por quintas y cañaverales. En el arroyo había un balneario que dejó de utilizarse luego del dragado. Los terrenos circundantes eran utilizados por el club Guillermo Tell, para realizar prácticas de tiro.
El primer sector en ocuparse fue el de ambas márgenes del terraplén, sobre la antigua traza de vías de ferrocarril. Las primeras familias –procedentes en su mayoría de la provincia de Corrientes– se ubicaron hace aproximadamente cuarenta años. Posteriormente, el terraplén fue desmontado progresivamente por las mismas familias que ocupaban el lugar y por la Municipalidad, que utilizaba la tierra como material de relleno para obras públicas.
Los pobladores también rellenaron una laguna que se extendía desde calle Buenos Aires hasta calle Bermúdez e instalaron eucaliptos y cañaverales en la zona del terraplén. El asentamiento continuó creciendo en la lonja de terreno ubicada en la vereda sur de calle Guillermo Tell, extendiéndose en forma progresiva desde Ayacucho hacia el oeste. Finalmente, las radicaciones más recientes completaron el sector del acceso a avenida de Circunvalación.
La Capilla Nuestra Señora de Itatí es uno de los lugares de referencia más importantes. Relatos barriales sitúan su origen en el hallazgo de una imagen de la virgen abandonada, entre cañaverales.
Centro Cuidar Molino Blanco
BOQUERON 639
Lunes a viernes de 09:00 a 16:00