28 de noviembre

Prevención

Salud

Se capacita en forma periódica a tatuadores y piercers

Los cursos, a cargo de licenciados en enfermería, médicos y abogados de la Secretaría de Salud Pública, tienen como objetivo evitar riesgos en los centros de trabajo.

La Secretaría de Salud Pública brinda en forma periódica capacitación a tatuadores y piercers con el objetivo de eliminar o reducir los riesgos en los centros de trabajo donde se desempeñan.

Los trabajadores son capacitados por licenciados en enfermería, médicos y abogados de la cartera sanitaria local, en el marco de la ordenanza N° 8028/06.

La mencionada normativa establece que para poder ejercer dichas prácticas se deberá, entre otras cosas, poseer certificado de capacitación, y tener la libreta sanitaria y calendario oficial de vacunación al día, con la vacuna contra la hepatitis B y antitetánica.

Durante los cursos, en los que participan destacados profesionales, se tratan temas como morfología e infecciones de la piel, antisepsia y asepsia, enfermedades de transmisión, higiene de manos, limpieza, desinfección y esterilización de materiales, entre otros aspectos.

Salud Pública recalca que el tatuaje es un motivo decorativo corporal, de carácter permanente, cada vez más frecuente entre los jóvenes y adultos. Por utilizarse elementos quirúrgicos, dichas prácticas deben realizarse con precaución y tomando medidas preventivas y de seguridad higiénicas para evitar citaciones irreversibles.

Ante malas prácticas pueden aparecer riesgos de infecciones, alergias e incluso la transmisión de enfermedades por vías hematógenas como HIV y hepatitis B y C, teniendo en cuenta que agujas y jeringas contaminadas son vehículos de dichas enfermedades.

Los locales deben cumplir con todas las condiciones higiénicas entre las que se encuentran la ventilación, limpieza, desinfecciones diarias, una sala de esterilización y contar con botiquín de primeros auxilios, entre otros requerimientos.

El piercing, otro de los elementos utilizados en el rubro, es un cuerpo extraño que se introduce al organismo con técnicas invasivas por lo que en muchos casos el sistema inmunológico no lo reconoce como propio.

A partir de reiteradas consultas en los centros de salud por complicaciones en la salud bucal, entre ellas infecciones, ulceras, tumores, fracturas de piezas dentarias y alergias, como consecuencia del uso del pircing, comenzó un trabajo de prevención con jóvenes de distintas escuelas y que luego continuaron en los Hospital Alberdi, centros de Salud y Cemar.

Según los datos obtenidos, los jóvenes se aplican su primer piercing entre los 13 y 15 años por moda o estética. Además, de las consultas se desprende que en su mayoría acudieron a personas capacitadas en la colocación de los mismos en la lengua, no así en la aplicación de dichos accesorios en los labios (inferiores y superiores) o frenillo lingual.

En estos casos muchos fueron colocados por cuenta propia, amigos o familiares con aros abridores o con una aguja quirúrgica.

Otra de las cosas detectadas por los profesionales es que los jóvenes realizan las consultas odontológicas cuando les aparece alguna complicación como consecuencia de piercing

Es fundamental ser conscientes de las posibles alteraciones que se puedan presentar, en el momento de llevar a cabo estas prácticas, a corto o a largo plazo. La información es vital para prevenir complicaciones.