Humedales: «El rosarino entendió que esto es un verdadero pulmón para nosotros y que hay que protegerlo»
Para el periodista Sergio Rinaldi, especialista en cuestiones ambientales, la prioridad número uno es apagar los incendios en el delta, y la número dos la sanción de la Ley de Humedales.
Desde hace 27 años se encuentra el frente del Ciclo de Ecología en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, un espacio pionero en la ciudad para la charla y el debate de temas ambientales. Comenzó desde muy joven militando en organizaciones ambientales y se redescubrió como periodista, como comunicador en la temática de la que nunca se separó. Hoy coordina además la ONG Taller de Comunicación Ambiental y es una referencia ineludible a la hora de hablar de ecología en la ciudad.
Sergio Rinaldi fue, de alguna manera, el responsable de instalar en la agenda mediática local las problemáticas ambientales. Es por eso que conoce con detalles lo que ocurre en la zona de islas del Paraná y reconoce que las quemas en el delta constituyen una práctica ancestral. “Son una vieja costumbre de todos aquellos que han practicado la ganadería en los humedales y que, para la renovación de pasturas, siempre han hecho quemas”, dice.
Sin embargo, asegura que en los últimos años, sobre todo luego de la inauguración de la conexión vial Rosario - Victoria, las quemas en las islas se multiplicaron de manera desmesurada. A partir de la apertura de nuevas bajadas producto de la traza vial, sostiene que se “cuadruplicó la cantidad de cabezas de ganado y por ende se cuadruplicó también la cantidad de incendios de los humedales”.
“Esas bajadas de la conexión permitieron que entrara ganadería ahí, ganadería que durante la década del 90 estaba distribuida en el continente, en campos de cualquier provincia, pero a partir del monocultivo, la soja invadió todo y a ese ganado en algún lugar lo tenían que poner”, contextualiza.
Un redescubrimiento de Rosario
En paralelo al proceso que relata Rinaldi, también mutó la relación de Rosario y sus habitantes con el río Paraná y con sus islas. “Para el rosarino hablar, no del río pero sí de las islas, era hablar de un territorio inhóspito; solamente muy pocos se animaban a cruzar a las islas”, menciona el periodista, y agrega: “Cuando se empieza a ganar ese balcón al río, es como que sucede un redescubrimiento de las islas”.
Un primer fenómeno que identifica como hito en ese redescubrimiento es la proliferación de algunos boliches en la zona de islas. “Ahí ya empezamos, al menos desde algunas organizaciones, a detectar algunos problemas con esa invasión ciudadana que hicimos en el humedal. De la década del 90 para atrás era sólo para aquellos valientes o que amaban demasiado el humedal y se animaban a cruzar, a partir de la década del 90 es cuando empieza el fenómeno más de invasión ciudadana al sitio”, señala.
Para el comunicador ambiental, en los últimos años también creció, en simultáneo a ese redescubrimiento del Paraná y su entorno, el nivel de conciencia de los rosarinos y rosarinas en cuanto a la importancia de los humedales. Y menciona un estudio de opinión realizado durante el mes de junio por la Universidad Nacional de Rosario, en el que colaboró, que muestra un repudio casi total de los vecinos y vecinas de la ciudad contra los incendios en las islas.
“De esos rosarinos que habían contestado, un muy bajo porcentual, te diría el 4%, participaba en organizaciones ambientalistas. Eso nos marca a todas luces que no hace falta militar en una organización ecologista o estar muy sensibilizado; el rosarino ha tomado conciencia de que esto es un verdaero pulmón para nosotros, y más allá de que es jurisdicción de Entre Ríos, ha entendido que a este lugar lo tenemos que proteger”, expresa.
Docentes, grandes aliados
“Hay un laburo enorme que hacen los docentes y se transforman en aliados de los militantes ambientales y de quienes comunicamos esto”, asegura Rinaldi y valora que la agenda de trabajo ambiental ganó terreno notablemente también en el ámbito educativo, en gran medida gracias a la labor que desarrollan los docentes.
“No soy quien para hablar de si hay excelencia o no en cómo se transmite ese mensaje porque no soy docente, pero sí es parte de un laburo enorme que muchos docentes con mucha conciencia ambiental están llevando adelante”, subraya.
En cuanto al accionar de los medios de comunicación, para el periodista, que conoce el paño, juegan un “rol preponderante”. En ese sentido, indica que “ha crecido muchísimo en la agenda las cuestiones ambientales”, pero piensa que se debe trabajar en un perfeccionamiento de los periodistas y comunicadores que abordan la temática ambiental.
“Hay que hacer comunicación pero también hay que hacer educación. A través de una cámara, de un micrófono en la radio o de lo que escribís estás llegando a muchísima gente. Y si esa cuestión no la transmitís bien se comete un error. Como los temas ambientales han crecido muchísimo en la agenda y los medios lo tratan, también hay que perfeccionarse en ese tema para saber transmitir”, reflexiona.
En este sentido, este pionero del periodismo ambiental lleva 27 años articulando comunicación y educación a través de su ciclo de ecología en el CC Fontanarrosa, que este año y por primera vez se desarrolla en forma virtual. Actualmente, en el marco del ciclo, se puede acceder a una muestra fotográfica colectiva en el sitio web del centro cultural, denominada Ley de Humedales.
Ley de Humedales, una prioridad
“La prioridad número uno es apagar los incendios y la prioridad número dos es que tengamos una verdadera ley de humedales”, remarca Rinaldi y se entusiasma porque “hay muchos proyectos ahora en el Congreso”. Asimismo, se lamenta porque en dos oportunidades anteriores el proyecto fracasó al no obtener tratamiento en una de las cámaras luego de lograr la media sanción.
“Hay mucho para trabajar, mucho para hacer. Tenemos una Ley de Bosques, tenemos una Ley de Glaciares, es el tercer gran gol que nos falta lograr una Ley de Protección de Humedales”, comenta, y recalca: “Después de que este escenario deje de estar en llamas como está ahora, es la prioridad”.