20 de abril

Educación

Distritos

Niños del distrito Oeste participan en el torneo municipal virtual de ajedrez Arena

Los hermanos Arias de barrio Belgrano Oeste y Benjamín Palavecino de barrio Toba, con el acompañamiento del profesor Matías Muguerza, relatan qué sienten al practicar este juego ciencia

La emergencia sanitaria causada por el Covid 19 impuso un nuevo formato para encontrarse y hasta para cantar jaque mate. La virtualidad superó la distancia y permitió que los chicos aprendan, entrenen, y compitan a través de torneos virtuales de ajedrez mediante la plataforma lichess.org que se adapta a celulares y computadoras.

Matías Muguerza, coordinador de los espacios de ajedrez en el Distrito Oeste, fue el encargado de trasladar la experiencia de jugar en el tablero a la virtualidad, sumando a sus alumnos a las diferentes instancias de la competencia.

El Torneo Interdistrital del Programa Municipal de Ajedrez Arena lo juegan (contra todo pronóstico de aislamiento) más de 300 niños y niñas de 5 a 12 años de la ciudad, destacándose la participación de chicas y chicos del distrito Oeste.

“En estos tiempos de pandemia, el ajedrez es un gran hilo de conexión con lo que había en la pre-pandemia para los chicos, ya que este deporte tiene esa característica de poder permanecer en la virtualidad por medio de clases virtuales y torneos”, describió el docente que enseña ajedrez desde el año 2004.

El Distrito Oeste tiene varios espacios para la enseñanza del ajedrez como eje central en la democratización del juego. “Estamos cubriendo gran parte del territorio, en las vecinales Rivarola y Belgrano Oeste, las escuelas Nº 6018, 1380, 86, 69, 609, 1396, 660, el Polideportivo Deliot y Parque Oeste, Centro de Comunidad Boliviana, y el Club 20 Amigos. Son instituciones que nos abrieron las puertas para practicar este juego ciencia generando una movida muy grande en el oeste”, explicó Muguerza, muy satisfecho con los logros cosechados en los últimos años.

Tanto la presencialidad como la virtualidad buscan garantizar el acceso al ajedrez de los chicos de los sectores populares. “Básicamente, lo que se busca es que el juego no quede en la tradición familiar ni en sectores clasificados de la sociedad sino que pueda ser llevado al rinconcito más lejano en cada uno de los barrios para que todos los chicos y chicas tengan acceso”, sostuvo el coordinador.

El Torneo Interdistrital municipal se hace por etapas: la primera es distrital, y la segunda interdistrital. De cada torneo participan entre 50 y 60 niñas y niños, y solamente en el último mes se sumaron 300 chicos y chicas de Rosario y alrededores. Los miércoles de octubre se disputan los partidos de la instancia Interdistrital.

Los hermanos Joan y Yandel Arias jugaban al ajedrez en la vecinal Belgrano Oeste, previo al aislamiento obligatorio. En la actualidad siguen las clases virtuales en la computadora de la familia que está en el living de la casa.

“Juego hace un año, el ajedrez es muy divertido, se aprenden muchas cosas: técnica, estrategia, y esperar”, expresó Joan, el mayor de los hermanos, de 10 años. Le agarró rápidamente la mano al programa Lichees.org y ya está participando en el torneo: “En el ajedrez virtual, cuando terminás la partida tenés que esperar un rato para volver a jugar otra. Participan niños y niñas de otras escuelas, jugamos en equipo. Ya me acostumbré a lo virtual, le digo a los chicos que hagan un esfuerzo y se sumen”, dijo entusiasmado.

La ausencia de clases generó un tiempo libre excesivo que es difícil de llevar para los niños y niñas que asisten fundamentalmente a la escuela primaria. Por lo que desde la coordinación se propuso una tarea especial: que los chicos enseñen ajedrez a alguna persona del círculo familiar.

“Le enseñé a jugar ajedrez a un amiga de la escuela y a mi hermano”, manifestó Benjamín Palavecino, quien aprendió ajedrez en el Polideportivo Deliot y prefiere el tablero antes que la computadora. "Me puse triste cuando cerró el Deliot, me gusta charlar con el compañero de juego, espero que esto pase rápido”, confesó.

Yandel Arias asumió el desafío propuesto desde la coordinación y le mostró el movimiento de las piezas de ajedrez a su abuela: “Aprendió un poquito, movía las piezas como las damas”, contó con picardía.

Al respecto, el profesor subrayó que esta actividad busca que “los chicos sean transmisores de cultura, que involucren a alguien de su círculo cercano para enseñarle, abarcando la problemática del tiempo libre que nos atravesó en la pandemia”.

El ajedrez es una herramienta lúdica que permite abrir el horizonte de niños y niñas que viven en el Oeste de la ciudad. “Los torneos permiten acceso a otras cosas. Benjamín participó en un torneo internacional y tuvo la posibilidad de jugar con gente de otras provincias y de España y Chile. También en la virtualidad existen esas ansias de superarse y de seguir llegando más lejos”, señaló.

Esta instancia resultó crucial para el niño que reside en barrio Toba, quien aseguró: “Me encantaría enseñar ajedrez de grande, deseo ser profesor. Veo en el ajedrez algo que me gusta y no lo quiero cambiar”.

Joan, de barrio Belgrano Oeste, contó que “al principio me gustó el ajedrez porque pensé que iba a viajar en avión y conocer provincias”, mientras tanto, espera que llegue el miércoles para disputar una partida en el Torneo Virtual Arena.

Los espacios de ajedrez en el Oeste permitieron generar un movimiento infantil y juvenil que hace unos años era impensado. “El ajedrez es una herramienta lúdica que contiene intelectualmente a cada chico. Tenemos la posibilidad de ir abriendo puertas y generar líderes positivos en los barrios para cuando nosotros ya no estemos”, definió esperanzado el coordinador de los talleres, Matías Muguerza.