28 de marzo

Infancias

Intendencia

El Consejo de Niñas y Niños de Rosario entregó su proyecto 2020 al intendente

"Abrazar recuerdos" propone distintas acciones en el espacio público para homenajear a abuelas y abuelos en un año tan difícil, en el que tuvieron que estar alejados, para cuidarse y cuidarlos.

Este jueves, el intendente Pablo Javkin recibió el proyecto anual del Consejo de Niñas y Niños, en el marco de un encuentro que se llevó a cabo en el Teatro Príncipe de Asturias (Sarmiento y el río). La propuesta de este año se titula «Abrazar recuerdos», fue elaborada durante las sesiones virtuales de 2020 y es un homenaje de chicas y chicos de Rosario a los abuelos y abuelas, un grupo social en extremo perjudicado por el aislamiento y el distanciamento social a causa de la pandemia. 

"Si algo nos pareció importante este año son los abuelos, todo éste y el que viene, nos vamos a tener que organizar para cuidarlos, y cuidarlos no es sólo en la salud, recordarles el uso del barbijo, el distanciamiento y los cuidados que tenemos que tener cuando nos juntemos en estas Fiestas, sino también y sobre todo, escucharlos", dijo Javkin, dirigiéndose a los 50 niños y niñas del Consejo que estuvieron en el auditorio del Príncipe de Asturias. 

"El problema más grande que nos planteó este tiempo es estar solo, sentirse solo, por eso lo más importante tiene que ver con escuchar a nuestros abuelos y acompañarlos, que es lo que ustedes están proponiendo hoy", sumó el intendente.

Luego de escuchar la propuesta de consejeros y consejeras, el mandatario valoró que "recuperar la memoria de una ciudad está en saber cómo vivían las personas antes que nosotros".

Por último, y tras haberse comprometido a que se lleve a adelante el proyecto, Javkin, expresó: "Les quiero agradecer mucho, nunca nos vamos a olvidar de este 2020, ojalá que no se repita, pero si algo pasó entre todo lo malo, que no sabíamos cómo íbamos a seguir, que tuvimos mucha incertidumbre, para mí, terminar el año escuchándolos a ustedes con este proyecto tan lindo, en un teatro abierto, es una manera de terminar este año con la esperanza bien arriba. Nos dan más ganas de ver lo que se viene y trabajar para eso".

Por su parte, la secretaria de Cultura y Educación, Carina Cabo, también apreció la propuesta de este Consejo, y reflexionó que "después de tanta soledad, en la que extrañamos tanto a nuestros abuelos y abuelas, los felicito por retomar el diálogo con ellos, y seguir charlando con ellos", y agregó: "Quizás tengamos que recordar este tiempo en que estuvimos distanciados como un tiempo en el que pudimos valorar más los vínculos y los afectos". Luego, la funcionaria sostuvo que "desde la Municipalidad vamos a trabajar para que esta política pública que propusieron ustedes, que pensaron durante este año, se lleve a cabo". 

Palabras mayores

Los autores y autoras del proyecto también tomaron la palabra y compartieron su experiencia de elaboración. "Queremos subir a una plataforma los testimonios de ellos, y las historias y recuerdos que nos contaron", explicó una de las niñas del Consejo, durante la exposición del proyecto, frente a las autoridades. 

"Hacer talleres para que ellos nos enseñen cosas que nosotros no sabemos hacer o estamos aprendiendo", sostuvo otra de las consejeras, a lo que una compañera sumó: "Mientras fuimos trabajando con los abuelos lo primero que surgió fueron las recetas. Y yo no puedo creer lo ricas que son las comidas de mi abuela".

"También queríamos saber a qué jugaban ellos, sobre todo porque ellos no tuvieron wifi", aportó una joven. Y en este sentido, uno de los consejeros reflexionó: "Nos gustaría poder jugar como lo hacían nuestros abuelos, en un lugar donde no haya tanta tecnología, donde esté pausada la civilización".

Cabe destacar que durante este 2020, chicos y chicas de Rosario se reunieron como cada año en sus consejos para pensar la ciudad, conocerla, debatir y aportar ideas que mejoren el espacio público y la convivencia, pero esta vez, pandemia mediante, tuvieron que hacerlo de manera virtual.

En contexto de distanciamiento social, consejeros y consejeras expresaron la necesidad de acompañar y homenajear a sus abuelos y abuelas, de quienes estuvieron distanciados fisicamente durante este 2020. De modo que los chicos y chicas relataron recuerdos de momentos compartidos con sus abuelos y abuelas y aquellas cosas que más extrañaron del vínculo que tienen con ellos, entre ellos las comidas caseras, sus recetas, ingredientes y olores.

Además, invitaron a sus mayores a compartir recuerdos de sus propias infancias en relación a la ciudad de Rosario, teniendo en cuenta lugares como plazas, parques, espacios de encuentro y de juego.

El escrito entregado al intendente Javkin deja constancia de que con esta iniciativa quieren homenajear a sus abuelos y sus abuelas por este tiempo de distanciamiento en que no los pudieron ver y debieron cuidarse más que el resto: en síntesis, "decirles, de este modo, cuánto los quieren, los necesitan, y lo importantes que son en sus vidas".

En este sentido, la propuesta se extiende a todas las personas mayores, no sólo a los abuelos y a las abuelas de sangre, sino también a "la vecina que nos cuida y nos prepara una comida, el portero de la escuela que nos hace pequeños regalos, la tía de mamá o papá que queremos como una abuela porque nos mima y malcría como si lo fuera, el vecino que es cómplice de las travesuras, y que siempre resulta un abuelo del corazón para los chicos del edificio".

Abrazar recuerdos

En el marco del proyecto, los chicos y las chicas de Rosario proponen instalar, en las plazas y otros lugares de encuentro, grandes baldosones de cemento que señalen en el espacio público un punto de encuentro, una referencia a los relatos de la infancia de los abuelos y las abuelas, una marca espacial que reconozca el valor de la trasmisión intangible del abuelazgo en esta sociedad.

En este punto, los consejeros y consejeras destacan que deben ser baldosones alegres, coloridos. Y sugieren que estén instalados al lado de los bancos que sirven de lugares de encuentro con sus abuelos y abuelas en las plazas, bajo la sombra de algún árbol florido de los parques, cerca de las rayuelas y demás juegos que fueron y serán compartidos en sus anécdotas.

También plantean hacer un mapa que geolocalice todas esas intervenciones de las plazas y parques, que estén identificadas por distritos, como una propuesta de recorridos por la ciudad en búsqueda de los lugares de encuentro y símbolo de su homenaje a las abuelas y los abuelos.

Pero eso no es todo. Chicas y chicos impulsan jornadas de encuentro con los abuelos y las abuelas en espacios públicos de la ciudad, donde puedan "enseñarnos cosas, relatarnos historias de infancia, narrarnos cuentos y aventuras", rescatando su memoria y su sapiencia.

Además, pensaron en crear un espacio virtual donde alojar los relatos de los abuelos y abuelas sobre su infancia, esos audios que rescataron, preguntándoles sobre sus juegos, las plazas, los cines y lugares de encuentro, para socializarlos con el resto de la ciudadanía e invitar a otros abuelos y abuelas a que compartan sus anécdotas.

Consejos de Niñas y Niños

En el año 1996 nuestra ciudad se sumó a la iniciativa del pedagogo italiano Francesco Tonucci de crear Consejos de Niñas y Niños como una forma de lograr que las personas que toman las decisiones en las ciudades escuchen a los chicos que las habitan. Es así como año a año los consejeros rosarinos piensan, discuten, y deciden entre todos y desde diferentes puntos de la ciudad un proyecto que le presentan a las autoridades municipales.

En ediciones anteriores, los consejeros lograron el establecimiento por ordenanza municipal del Día del Juego y la Convivencia, invitaron a vestirse con prendas coloridas y pintar los toboganes de las plazas, convidaron a los adultos a sentarse en la vereda para hacerlos sentir cuidados mientras juegan, impulsaron la incorporación de plantas para atraer mariposas, diseñaron una campaña para recuperar el saludo de Buen Día, y propusieron la creación de refugios para pájaros urbanos.

En todos los casos, las propuestas de los Consejos buscan connotar al espacio público como lugar mimado para crecer juntos, para aprender de lo vivido, lo imaginado y transitado.