19 de marzo

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Onkel, un club que desea volver a brillar como en su época dorada

El proyecto de la histórica institución del sudoeste es “recuperar masa societaria para poder subsistir y sacar a las chicas y chicos de la calles", afirmó su presidente Cristian Severini.

Con 85 años, el Club Atlético Onkel es un ícono del sudoeste de la ciudad. En las décadas del '50 y '60, su época de esplendor, fue famoso por los grandes bailes y carnavales. Hoy tiene nuevas metas y proyectos, aunque el reto actual es recuperar la gran masa societaria. Así lo explica Cristian Severini, su presidente: "La pandemia nos mató. Sacando a los deportistas, tenemos poco más de 100 adherentes activos. Confiamos en poder salir adelante”.

Ubicado en Arijón y Ovidio Lagos, y con su sede social sobre la calle Cazadores 2752, el blanquinegro es un punto de referencia y encuentro natural para las vecinas y los vecinos de diversas edades. “El objetivo es sumar socios y socias para subsistir y sacar a las chicas y chicos de la calles. Queremos que crezcan en este espacio, que es de toda la barriada”, sostuvo el máximo directivo.

El origen del blanquinegro

El club se fundó el 19 de agosto de 1935. Según han contado los socios mayores, el nombre surgió porque los hermanos Bustinza, quienes en ese entonces eran fabricantes de café, té y especias Onkel, obsequiaron el primer juego de camisetas para el equipo de fútbol. Entonces lo denominaron como la fábrica y decidieron que los colores sean el blanco y negro.

“Este espacio fue creado por un par de locos lindos del barrio que querían jugar a la pelota. En el acta de fundación consta que unos vecinos de Las Delicias, como se denominaba en aquella época al barrio, estaban reunidos en la casa de José María Roca por invitación de Armando Nebbia y Carlos Conforti con el objetivo de armar un club deportivo, cultural y recreativo. Y el presidente interino era Ismael Novoa”, cuenta el actual presidente.

Grandes figuras, grandes bailes

Durante las décadas del '50 y '60 especialmente, Onkel fue el núcleo de los grandes bailes que se realizaban en Rosario. A eso hay que agregarle que algunas de las figuras que pasaron por las instalaciones fueron Leonardo Favio, TNT, Pinocho, Mareco, Violeta Rivas, Sandro y Los del Fuego, Cuarteto Imperial y Los Fronterisos, entre otros.

Según cuenta Severini, "el club estaba entre las instituciones que más recaudaba en ese entonces. Casi todos venían para bailar y escuchar a los grandes artistas”.

Años de altibajos

Luego de la época dorada, los '80 y '90 fueron años de crisis profunda para el Onkel. “Para esa altura, la comisión directiva de la época del 70 había vendido una parte del predio. La idea era que la sede social debía estar sobre la calle Ovidio Lagos. Se quiso hacer una obra faraónica, que iba a tener dos pisos, con ascensor vidriado y todos los lujos imaginados. Todo terminó quedando en la nada. De hecho, quedó el esqueleto de hormigón en la planta superior porque no se pudo cerrar. La idea es algún día poder terminarlo", deslizó el presidente, quien está colaborando en la institución desde 2007.

El club fue perdiendo un flujo importante de adherentes y ya no había casi actividades deportivas. Pero un grupo reducido de socios le puso el hombro a la delicada situación y no se resignaron a claudicar ante la adversidad. El sentido de pertenencia por el club fue el motor que los impulsó a seguir construyendo y aportando para seguir manteniendo de pie a Onkel. 

Entre rifas y comidas fueron recaudando y oxigenando las finanzas. A eso hay que agregarle que poco a poco se fueron haciendo obras y la gente del barrio volvió a acercarse al club, que a fines de los '90 renació prácticamente.

Diversas disciplinas

El fútbol fue el primer deporte que se practicó en Onkel. Sin embargo, con el paso del tiempo fueron incorporando más disciplinas. Incluso, en 1950 empezó a incursionar en el básquet de la Asociación Rosarina.

“Hace poco nos enteramos por la Rosarina que éramos unos de los fundadores de la asociación. Nos sorprendió gratamente esa noticia porque no teníamos conocimiento ni figura en nuestros registros institucionales ese dato”, remarcó a su turno Oscar Fabani, quien es el tesorero de la institución.

Las bochas también tuvieron su espacio en una época. Es más, en las vitrinas se perciben algunos relucientes trofeos. En la institución de barrio Mercedes de San Martín se practica en la actualidad handball, patín artístico, funciona además una escuelita de fútbol, hay vóley, taekwondo, mientras que esta temporada arrancó la escuelita de básquet en mini y pre-mini sobre el imponente espacio techado de 750 metros cuadrados que se realizó a través del Plan Abre.

Además, cuentan los directivos que durante muchos años se organizó una importante carrera de bicicletas. El recorrido se iniciaba en las puertas del club y llegaba hasta la vecina localidad de Santa Teresa para luego retornar y arribar a la sede blanquinegra, donde cientos de almas recibían a los competidores con marcada felicidad y clima festivo.