22 de noviembre

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El municipio transforma en energía 250 toneladas de residuos de poda al mes

Los restos de poda y escamonda son aprovechados en el Centro de Tratamiento Ambiental, reduciendo así el entierro de residuos.

La Municipalidad de Rosario lleva adelante la valorización de restos de poda en el Centro de Tratamiento Ambiental, donde son procesados 250 toneladas por mes, para luego convertirse en energía. Estas acciones tienen el objetivo de reducir la cantidad de residuos que tienen como destino final el relleno sanitario, al tiempo que apuntan a mitigar el cambio climático y promover la economía circular, transformando desechos en recursos valiosos.

En este sentido, en el Centro Ambiental se procesa el 25% de los restos de poda de la ciudad: en el caso de las ramas finas y medianas, el camino se inicia con la carga manual hacia una máquina atadora y se arman “paquetes de ramas”. Este material se almacena por aproximadamente 60 días para que la madera pierda su humedad y luego es triturada y convertida en pequeños trozos. Estos son un combustible alternativo de fuentes renovables, fácil de transportar y con alto poder calorífico.

Por otro lado, en el caso de las ramas y troncos gruesos, se separan para trozar y astillar y se produce leña. De lo que ingresa un 30% tiene este fin.

El objetivo de estos procesos es aprovechar los residuos como materia prima en la producción de energía, principalmente en el sector industrial, reemplazando el combustible fósil en calderas. Asimismo, la reducción y reutilización de los residuos forma parte de la estrategia que el municipio lleva adelante en el marco de su Plan Local de Acción Climática para el 2030.

Cabe remarcar que todo el proceso y tratamiento de residuos verdes se realiza en conjunto con cooperativas de trabajo conformadas por ex recuperadores informales de residuos.

Proyecto de triple impacto

Este proyecto posibilita la generación de energía renovable, la reducción de emisiones por la sustitución de combustibles fósiles y genera créditos de carbono para su eventual comercialización, según los mecanismos estipulados en el Acuerdo de París.

A su vez, la incidencia del proyecto en el aspecto social es significativa, dado que el proceso se realiza por completo en las instalaciones del Centro Ambiental de Tratamiento de Residuos Rosario, que está operado en un 70% de su personal por cooperativas sociales que formalizan a ex recuperadores urbanos.

En este caso, para el proyecto de tratamiento de biomasa se incorporaron 10 operarios que fueron capacitados por la empresa LIGNIS proveedora de las maquinarias, para que pudieran operarlas de forma segura y eficiente.

Se realizaron cursos de seguridad e higiene, manejo de maquinaria y equipos eléctricos y se implementaron incentivos de productividad.

El proyecto constituye así un paradigma de gestión sostenible de triple impacto:

Transformación de residuos en productos.

Reemplazo de combustibles fósiles por renovables.

Generación de trabajo local, formal y digno y de recursos económicos para retroalimentar el proyecto.