La Feria del Libro Rosario vivió un domingo de homenajes, música en vivo y charlas

Todo Rosario parece caber en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. Mientras las peatonales descansan del ritmo de la semana, la Feria Internacional del Libro Rosario (FILRos 2023) late al ritmo sostenido de las lecturas. Miles de personas eligieron posponer sus rutinas domingueras y participar del encuentro que ya se convirtió en un clásico de la ciudad no solo por riqueza de contenido sino también porque es un espacio gratuito, al que todas las personas puedan acceder y disfrutar.

Si la consigna fuese definir con una sola palabra la jornada del domingo 6 de agosto sería: libertad. Es que cuando se pronuncia, se ejerce, como un acto de habla. En las múltiples actividades que se desarrollaron en este quinto día, la libertad estuvo ahí, para sostener almas, para secar llantos, para recordar a las personas que ya no están físicamente, para cantar a los gritos canciones y hasta para disfrazarse de un superhéroe favorito.

Mil grullas por la Paz

Desde temprano, la puerta del Centro Cultural Fontanarrosa se colmó de sueños en forma de grullas. Anhelos que seguramente no sólo son de ahora sino que ya tienen un camino recorrido por tierra, agua o aire y este domingo llegaron para hacerse escuchar. Papeles plegados con cuidadosa dulzura atesorando en su interior pedacitos de cielo.

Cada año en Rosario, diferentes instituciones como escuelas, bibliotecas, centros culturales, entre otros, se hacen eco de una antiquísima leyenda japonesa que narra que, si alguien pliega mil grullas, puede con ellas pedir un deseo, la dedicación va dando tiempo a sensibilizar por la paz, a comprometerse con ella y a tratar de hacer en cada uno de los actos cotidianos las modificaciones que sean necesarias para construir una sociedad más justa y solidaria.

El proyecto intenta transmitir a la comunidad el concepto de la paz y su necesidad para construir, a partir de ella, un mundo con más oportunidades para todos y todas. Evoca en la figura de la niña Sadako Sasaki y de sus compañeros, a todos los niños y niñas afectados por la bomba atómica arrojada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945.

La iniciativa se da de forma conjunta entre los voluntarios del proyecto, la Municipalidad de Rosario, a través de La Ciudad de los Niños y las Niñas y la asociación civil C.H.I.C.O.S.

Sólo basta una canción de María Elena Walsh

¡Ooohh! ¡Ahhh! ¡Uhhh! La explanada de la plaza Montenegro se llena de onomatopeyas cada vez que se anuncia la siguiente canción que entonará El Cuarteto Áureo acompañado de la Orquesta de niñas, niños y jóvenes AMR e integrantes del Taller de Canto de la misma institución en el homenaje a María Elena Walsh denominado «Al Este y al Oeste».

Una multitud se concentró alrededor del escenario que alojó a estos jóvenes talento. Son las personas adultas las que juegan por un par de minutos a ser niños y niñas. Corean, saltan, aplauden e intentar contagiar a los más chicos de ese fervor por la cantautora que marcó y sigue marcando corazones a través de sus letras y melodías.

“Yo conozco esta canción”, le dice un padre a su hijo cuando empiezan a sonar los acordes del Jacarandá y empieza a tararearla como amor docente. 

Qué mejor homenaje para María Elena que exclamarla en una Feria del Libro, que trasmitir de generación en generación lo que en su momento quisieron acallar. Ella está ahí, en el viento que susurra, en las manos pequeñas que sostienen un instrumento musical, en las voces que la cantan, en los árboles que abren sus flores.

Encuentro alrededor

Como algo primitivo pero al mismo tiempo evolucionado, como un margen y un centro. Hablar de Rosario Bléfari no es definirla sino darle todas las palabras para que haga con ellas lo que quiera, incluso, en otros planos.

Daiana Henderson, Claudia del Río, Virginia Negri y Diego Trerotola –en la coordinación– hablaron de la obra de la cantante, compositora, escritora, actriz y artista que sigue vibrando e interpelando a muchas personas que comparten su vitalidad amplificada para entender la cultura. Alrededor de ella fue el encuentro de este domingo  para que ese lugar que creó siga expandiéndose a través de las experiencias colectivas.

“Su obra es difícil de sintetizar. Rosario era una maestra de los procesos de vida. Invitaba a pensarse sin brújula dejando la conclusión en un segundo plano”, detalló Daiana Henderson.

Claudia del Rio, por su parte, explicó el don que tenía Rosario para hacer simple lo difícil, para ver más allá sin pensar en las metas o finales del camino sino habitando los bordes: “Sabía hacer de todo y todo lo hacía bien, no importaba el cómo ni el objetivo”.

Virginia Negri  la evocó como una estrella cercana por su generosidad y su método para desaprender lo aprendido. 

“Lo más lindo que transmitía era salir de los encasillamientos, deshacer las obras propias”, señaló Daiana y agregó Rosario fue una persona corajuda, amante del vértigo que siempre eligió el camino de la libertad. 

Diego habló del abordaje artístico de Rosario y su forma de mezclar distintos estilos, por ejemplo, mezclar la música con el registro audiovisual del proceso. En ese instante se produjo una pausa y emerge el llanto. Diego la llora, todo el público se emociona y Virginia dice que es la primera vez que se la puede llorar en público porque murió durante la pandemia de covid.

Intuición e investigación, suma Claudia al diálogo: “Esa condición le daba un corpus y habilidad de destruir y volver a reconfigurar”.

Escribir en libertad

Roberto Retamoso, Marcelo Britos, Andrea Ocampo y Pablo Colacrai hablaron acerca de los  «Avatares de la literatura de Rosario durante estas cuatro décadas de democracia». Una temática que contó múltiples miradas acerca de las formas de pensar estos conceptos y las formas que se dieron en todos esos años hasta la actualidad.

Pablo Colacrai habló de los talleres de literatura como espacios para la resistencia en épocas de dictadura y posterior a ella. En ese momento algunos docentes no podían ejercer en las universidades porque eran perseguidos o excluidos y en estos sitios podían encontrar una salida laboral. Hace referencia, además, al taller de Alma Maritano del que participó en 2006 y contó que en su momento, la autora decidió renunciar a su cargo en el Nacional 1 allá por el '89 y empezó a dar su propio taller de literatura porque disponía de la libertad que no encontraba en otros lados. Allí se podían dar autores o saberes que no podían circular en otros lugares.

“Con el tiempo, fue cambiando la relación entre los talleres literarios y las facultades. Antes eran universos muy distintos y ahora hay puntos más cercanos”, explicó Colacrai y Andrea agregó que son una gran alternativa a la educación formal.

Roberto Retamoso contó cómo fue su experiencia de ser alumno y posteriormente docente en épocas de dictadura y lo difícil de esa etapa. También señaló los distintos periodos de democracia y el ejercicio de la profesión mediado por la digitalización y el algoritmo: “Los dispositivos de control y de disciplinamiento sobre la sociedad son enormes. Tienen aparatos que condicionan la difusión y producción de las obras literarias y la literatura es ejercicio de libertad sino no es literatura. No deberíamos perder de vista en estos 40 años que llegamos a un borde en el cual está democracia puede dejar de serlo”, argumentó y señaló los avances de la globalización y el capitalismo en la industria editorial.

Marcelo Britos se sumó al debate e hizo mención a su libro El Aserradero donde aborda desde la ficción algunos de estos temas y recalcó la importancia de mantener la sensibilidad para que estos y todos los temas más difíciles no pasen de largo: “hay que construir ficción. No caer en el panfleto o lo literal sino hacer un buen abordaje de cosas densas a través de esas herramientas que brinda la literatura”.

La Feria Internacional del Libro comienza su segunda semana con una grilla completa y charlas con escritoras y escritores de primer nivel. Se puede consultar toda la programación en www.rosario.gob.ar