Nueva Oportunidad: un programa que da chances de inserción a los jóvenes
Mayra, Micaela, Gustavo y Lucas cuentan las distintas instancias transitadas mediante un proyecto por el cual consiguieron trabajo, quieren seguir estudiando y/o perfeccionarse.
Desde 2013, el municipio de Rosario lleva adelante, en forma conjunta con el Gobierno de Santa Fe, el proyecto Nueva Oportunidad, programa de capacitación que apunta a ofrecer alternativas para insertarse en el mercado laboral.
Inicialmente, la propuesta comprende una formación en oficios de seis meses de duración. En su arranque, el programa contó con alrededor de 300 jóvenes, pero un año después y a partir del compromiso del gobierno provincial, se logró generar una mayor oferta, al punto que se espera que en 2016 lleguen a 3.000 los chicos que se interesen en estos cursos.
Nueva Oportunidad reúne diversas historias de vida de jóvenes que han logrado repensar su futuro y han encontrado a partir de esta iniciativa la posibilidad de formarse y/o trabajar en una actividad.
Mayra, Micaela, Lucas y Gustavo conocieron el programa Nueva Oportunidad a través de los centros de Convivencia Barrial (CCB). En estos espacio que el municipio lleva adelante en diversos barrios se dictaron los cursos de capacitación en oficios, donde equipos territoriales guiaron y acompañaron a los jóvenes que hoy trabajan, están terminando de estudiar y/o tienen proyectos para continuar aprendiendo su oficio.
Vestirse de negro para dirigir
Lucas tiene 29 años, el año pasado se enteró por su esposa que en el Centro de Convivencia Barrial Emaús, ubicado en el distrito Noroeste, se dictaba un curso de árbitro. Se anotaron los dos.
Hoy cuenta orgulloso que espera los fines de semana para dirigir, que le apasiona su trabajo y que sueña con arbitrar partidos de primera división de la región. “Fuimos juntos a probar un miércoles. Me dijeron que tenía condiciones, el curso duró seis meses, y a los dos meses ya estaba arbitrando”, contó.
La participación en el Programa Nueva Oportunidad no sólo genera para los jóvenes posibilidades de inserción laboral sino que esta cercanía permite un acompañamiento diferente desde el Estado a partir de encuentros de intercambio, jornadas que acompañan este tipo proyectos y que se denominan tercer tiempo.
“Hay muchos chicos que no hacían nada y con esto conseguís una ayuda económica, tenés una salida laboral”, sostiene Lucas, y destaca que también le sirvió para afianzar la relación con otros jóvenes del barrio, a los que antes solamente trataba a través de «hola» o «chau».
Proyecto gastronómico
Mayra y Micaela pasaron al segundo nivel de la capacitación en atención gastronómica que se realiza en el Centro de Convivencia Barrial Ludueña Sur. Ellas, gracias a los conocimientos incorporados en el curso y la guía de los trabajadores territoriales, se plantearon el desafío de llevar adelante un microemprendimiento de catering denominado «Ricos Sabores Chik», y hoy dan sus primeros pasos ofreciendo este servicio.
Pero esta posibilidad laboral no es lo único que destacan de la experiencia del Nueva Oportunidad. Ellas también encontraron en las reuniones del tercer tiempo un espacio donde poder expresar sus problemáticas y reflexionar juntas sobre ciertos temas como por ejemplo las temáticas de género.
“Nos juntamos una vez por semana, aparte de la capacitación, con mujeres a hablar de nosotras, de la vida. Hablamos del trabajo que hacemos las mujeres que nunca se ve, como atender a las familias, eso es cuestión de género”, comentó Mayra, quien agregó que tienen pensado ir al próximo Encuentro de Mujeres.
Un oficio para crecer
Tomar decisiones que generen cambios estructurales en la forma de vida no es tarea sencilla. A los 29 años, Gustavo tuvo la oportunidad y la aprovechó. Él vivía en situación de calle, su rutina diaria era deambular para encontrar un buen lugar donde pasar la noche. Operadores territoriales de la Municipalidad de Rosario se acercaron a él y luego de varios encuentros, accedió a que lo ayudaran.
Una de las posibilidades con las que contaba para que su realidad cambie era formar parte de uno de los grupos de capacitación del Nueva Oportunidad. Gustavo se sumó al grupo de personas que se capacitó en carpintería. Fabricaron juegos didácticos y juguetes de madera que pudieron exhibir en la Feria Especial de Navidad en la plaza Pringles en diciembre de 2015. Esta experiencia hizo que se conectara con sus capacidades, reconociera sus deseos y se pusiera en acción para que su vida cambie cualitativamente.
Hoy, con la ayuda del municipio, consiguió una pensión donde vivir, tiene como proyecto terminar la secundaria y planifica seguir capacitándose en electricidad, que –según cuenta– es lo que más lo entusiasma.