Cuenta regresiva para el evento más importante de arquitectura
Rosario será sede de la novena Bienal de Arquitectura y Urbanismo entre el 13 y el 17 de octubre. Una galería de imágenes de las obras argentinas premiadas. Se espera a más de 4.000 visitantes.
La ciudad será sede de la novena Bienal de Arquitectura y Urbanismo (BIAU) del 13 al 17 de octubre. El lema del evento internacional será “Nuevas geografías. Contextos Iberoamericanos” debido a la transformación compleja y contradictoria, y de consecuencias globales, en la que conviven el tiempo atraso y modernidad. Por esto, la propuesta apunta a que las arquitecturas se adapten de la mejor manera a cada contexto y extraigan de él sus cualidades.
El objetivo de dicha actividad será situarse en dos extremos, que si bien parecen lejanos, son las dos caras de la misma moneda, consecuencia de la globalización. Allí se intenta reflexionar sobre el papel del arquitecto y del diseñador urbano en estos nuevos territorios de escalas continentales; también indagar la manera en la que el arquitecto puede entender lo específico de cada lugar como un instrumento para producir la mejor arquitectura.
El presidente del Colegio de Arquitectos de Santa Fe, Edgardo Bagnasco, señaló que el pabellón temporal que se ubicará en el playón cercano al río Paraná, entre los galpones 11 y 13, comenzará a armarse a finales de este mes. "Entre el 27 y el 28 de septiembre se empezará con las tareas para que se pueda instalar la estructura", añadió.
La BIAU aspira a encontrar y mostrar los mejores proyectos de arquitectura y de diseño urbano que incorporen los contextos, las demandas sociales, tecnológicas y climáticas en la escala de la arquitectura pero también aquellas iniciativas y estrategias territoriales y urbanas que ayuden a construir nuevas geografías que incorporen las exigencias de las infraestructuras, resuelvan las tensiones económicas y valoren las ecologías únicas de Iberoamérica y sean capaces de añadir valores urbanos, territoriales y culturales que sirvan como vehículo de una mayor cohesión social a aquellos proyectos continentales.
El jurado de la IX BIAU premió 30 obras, elegidas entre las más de 1.000 propuestas presentadas. Las mismas suponen un reflejo de los mejores proyectos de arquitectura y de diseño urbano que incorporan los contextos y las demandas sociales, tecnológicas y climáticas en la escala de la arquitectura. Aquí, una breve galería de las cuatro iniciativas argentinas que fueron distinguidas.
Obra: Edificio Sucre 4444 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Autores: arq. Javier Esteban; arq. Romina Andrea Tannenbaum; arq. Mario Felipe Tannenbaum.
Teniendo en cuenta la baja densidad del barrio donde se encuentra implantado el edificio y la existencia de un gran árbol que se adentra en el lote, se retiró la construcción tres metros de la línea municipal, disminuyendo de esta manera su impacto en la cuadra.
Los 16 departamentos se organizan en dos bloques de cuatro pisos cada uno, liberando la planta baja, ambos están unidos por circulaciones a cielo abierto, conformando dos patios.
Todas las vigas son de 45cm de altura, las losas toman el nivel superior de las mismas en los estares y dormitorios y el nivel inferior en los locales húmedos, balcones, halles y circulaciones. Esta operación permitió reducir las alturas de carpinterías de aluminio, madera y chapa a 2.25m.
Las fachadas están compuestas por un sistema de vigas de hormigón visto y postigos plegadizos, estos aportan al conjunto un carácter de uniformidad en constante movimiento.
Obra: Casa M (barrio Aldea Lago, Rosario). Autores: arq. Juan Germán Guardati; arq. Román Renzi; arq. Virginia Kahanoff.
La implicancia espacial de las operaciones formales construye el argumento más contundente de esta obra. Un simple volumen de base rectangular sufre un corte y un desplazamiento en horizontal. De este modo el espacio se complejiza y la morfología sigue estando controlada.
Dos medidas rigen las alturas de la vivienda, hasta los 2.2m se definen los muros y las aberturas y desde ahí hasta los 4.40 se genera el espacio de la cubierta.
Desde la calle la casa se vuelve hermética pero desde el interior la percepción encuentra un contrapunto. El programa de actividades privadas se desarrolla dentro de las cajas inferiores, dormitorios y baños se agrupan en el volumen mayor y cocina, lavadero y depósito en otros dos más pequeños. Las actividades públicas de la casa quedan delimitadas por el desfase que produce el techo y un cierre vertical de vidrio de diferentes opacidades (transparente hacia el fondo del lote y traslúcido hacia los laterales).
El uso del hormigón a la vista conjuga estructura de sostén, estructura espacial y expresión de la vivienda. Este material se utiliza principalmente hacia el exterior pero producto de la disposición de las piezas constitutivas del conjunto, termina formando parte de los límites del interior del área común. Así nuevamente se produce la oposición entre “lo rugoso y lo bruto” con “lo pulido y lo brillante” del vidrio y el yeso.
Obra: Hostería Varvarco (Varvarco, Neuquén). Autores: arq. Juan Marcos Basso; arq. Lorena Eguiguren; arq. Carlos Franzán; arq. Ignacio López Varela; arq. Carlos Menna; arq. Matias Forsetti; arq. Fernando Paramo; arq. Soledad Lozano; arq. Valeria Petrini; arq. Verónica Güichal.
Varvarco es una comisión de fomento de poco más de 500 habitantes que se encuentra localizado en un punto estratégico a escala Micro-Regional del norte neuquino, con directa vinculación con un conjunto de atractivos naturales y productos turísticos.
Los dos principales campos de actuación se enfocan en acciones de estructuración urbana y acciones de puesta en valor en dos escenarios del desarrollo, consolidar lo existente y nuevas áreas de expansión urbana con un criterio estratégico y, como segunda instancia la construcción de un conjunto edilicio conformado por una hostería y 4 cabañas.
El edificio está diseñado en una sola planta para mantener la morfología y la linealidad existente. Busca integrarse y apropiarse del paisaje en todo su paquete programático, donde todas las habitaciones y áreas públicas de la hostería tienen visuales directas al imponente paisaje. Tanto las situaciones espaciales interiores como exteriores están protegidas y al resguardo de las inclemencias del clima, vientos predominantes y asoleamiento.
La definición material del mismo, contiene el conjunto de potencialidades constructivas que la zona ofrece, acompañado de un sistema constructivo simple de luces y dimensiones apropiadas para ser fácilmente construido.
Obra: Complejo “El Mangaleta” (Villa Icho Cruz, Córdoba). Autor: arq. Marco Rampulla.
En un terreno en pendiente hacia el horizonte serrano, se emplazan tres casas para alquilar y una piscina cumpliendo con el requerimiento del comitente. La implantación responde al aprovechamiento del desnivel, y consecuentemente, de las vistas.
Su materialidad surge de establecer las casas como "rocas" emergentes, haciendo eco del paisaje natural de las sierras, monte y piedra. De esta analogía, surge el ladrillo como envolvente y material en contacto con la tierra, puliendo su interior para habitarlas.