La Feria del Consumo Inteligente vuelve a la plaza Pringles
Será este viernes, de 10 a 18. Así, el municipio continúa alentando hábitos responsables para cuidar el ambiente y la economía familiar junto a 80 emprendedoras y emprendedores de la ciudad.
La Feria del Consumo Inteligente tendrá una nueva edición este viernes de 10 a 18, en plaza Pringles (Córdoba y Paraguay). Allí, emprendedores de la economía social exhibirán alimentos, artículos de decoración, ropa y accesorios de moda, en tanto huerteras y huerteros expondrán su producción de hortalizas, verduras, plantas y plantines de aromáticas y condimentarías libres de agrotóxicos.
La Feria del Consumo Inteligente forma parte de las acciones que la Municipalidad de Rosario lleva adelante a través de la Secretaría de Economía Social en el marco de sus políticas públicas tendientes a incorporar en los ciudadanos hábitos de consumo responsable y saludable.
“Este tipo de acciones promueven relaciones comerciales voluntarias y justas entre productores y consumidores, basadas en la no explotación de mano de obra y la sustentabilidad del medioambiente”, señaló el secretario de Economía Social, Nicolás Gianelloni, sobre la jornada que reunirá a más de 80 emprendedores sociales.
En la oportunidad, se exhibirán productos que van desde alimentos elaborados sin aditivos ni conservantes, artículos de decoración hechos con materiales reutilizados, ropa para niños, jóvenes y adultos con diseño local, y accesorios de moda. También las huerteras y huerteros de Agricultura Urbana expondrán para la venta su variada producción de hortalizas, verduras, plantas y plantines de aromáticas y condimentarías libres de agrotóxicos.
También las niñas y niños que visiten la Feria podrán participar de una actividad lúdico educativa para incorporar hábitos que ayudan a construir una sociedad más sustentable y saludable. Por su parte, la Secretaría de Ambiente y Espacio Público se suma a la iniciativa con una campaña de difusión sobre el cuidado cotidiano ambiental.
De este modo, la Secretaría de Economía Social se suma a la tendencia mundial del consumo inteligente de concientización ciudadana y desde las instituciones para conseguir un consumo más responsable y sostenible que haga viable el objetivo de “hacer más con menos” y nos ayude a ahorrar tanto energía como dinero a la hora de hacer nuestras compras.
La actividad se suspende por lluvia.
El ABC del Consumo Inteligente
1. Mirar el etiquetado
Todo lo que consumimos implica un efecto sobre el medio ambiente, y es nuestra responsabilidad hacerlo de manera sostenible. Para ello, consumir productos, siempre que se pueda, cercanos a nuestro lugar de residencia, o dentro de nuestro país. Así cuidaremos la huella de carbono.
2. Cada producto, en su momento
Evitar comprar productos de fuera de temporada, ya que además serán más caros por sus necesidades especiales en la producción.
3. Evitar la sobreexplotación de los recursos
Racionalizar el consumo de productos que provienen de especies en peligro de extinción o en zona de alto riesgo – como el atún rojo, por ejemplo – es una compra inteligente pues ayuda a la renovación de los recursos. También implica un ahorro, ya que en muchas ocasiones, si se trata de especies más difíciles de encontrar y/o capturar, también supondrá un precio más elevado a pagar.
4. Consumir ecológico siempre que sea posible
Los productos ecológicos tienen grandes diferencias con los habituales. La producción se realiza de forma sostenible, no se utilizan productos químicos y, en el caso del trato animal, siempre es mucho más saludable para ellos, lo que se traduce en más salud para nosotros. Evitar especialmente los productos transgénicos, violentos con el medio ambiente, y cuyas consecuencias reales sobre la salud aún están en el punto de mira. Aquí no ahorraremos, dado que la comida ecológica no es más barata, sino más cara, pero es una inversión en salud ya que se encuentran libres de aditivos y racionalizamos los recursos para generaciones futuras.
5. El exterior también cuenta
Cada día podemos ver en los supermercados productos con un exceso de plástico u otros materiales, innecesario en muchas ocasiones para mantener la calidad del mismo. Siempre que sea posible, optar por no comprar productos con “exceso de envasado”. Además de innecesario, es una forma de ahorro, ya que el embalaje siempre se acaba pagando en el precio final del producto.
6. No sólo alimentación
La directiva sobre el etiquetado energético ya obliga a los fabricantes y minoristas a proporcionar a los consumidores información sobre el consumo de energía en el etiquetado de los electrodomésticos por lo que ya no es una excusa no saber si aquello que estamos comprando ahorra energía o supone un gasto innecesario de ella. Optar por estos productos fabricados para mejorar la eficiencia energética implica un ahorro significativo en las facturas de la luz.