23 de abril

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Mujeres que marcaron la historia: un recorrido para rescatar a protagonistas destacadas de Rosario

Dentro de las actividades impulsadas por el municipio por el Día Internacional de la Mujer, turistas y locales pudieron disfrutar de un circuito especial por el área fundacional de la ciudad.

Luchadoras, solidarias, valientes, transgresoras, perseverantes y con un vínculo indeleble con la ciudad de Rosario son algunas de las características de un grupo de mujeres que fueron rescatadas y homenajeadas durante un recorrido guiado organizado por la Secretaría de Turismo y Deporte y el Ente Turístico de Rosario, en el marco de las múltiples actividades impulsadas por el municipio para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

Se trata de un clásico Free Walking Tour (recorrido a pie gratuito), al estilo de las grandes ciudades turísticas del mundo, cuyo propósito es que turistas, rosarinas y rosarinos conozcan y se apropien de la ciudad. Una modalidad que este verano tuvo un éxito rotundo con todos los circuitos que organizó la Municipalidad por distintos sectores de la ciudad y que el pasado sábado reunió a más de medio centenar de participantes, en su gran mayoría mujeres

El itinerario, que inició a las 18 en la plaza 25 de Mayo, además de conocer sitios de interés, tuvo como objetivo principal rememorar historias de mujeres que dejaron su huella en Rosario. Y si de huellas se trata, es imposible obviar la historia de las Madres de Plaza 25 de Mayo, cuyos pasos estarán presentes por siempre en ese espacio tan significativo.

En la oportunidad, luego de un breve repaso de la guía a cargo por la historia de la ciudad (que por cierto no tiene fecha de fundación ni fundador), la primera posta del día fue en el centro de la plaza. Es que fue allí, rodeando el monumento principal, donde las Madres instalaron la tradicional ronda de los jueves cuando reclamaban la aparición de sus hijos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar, entre 1976 y 1983.

Hasta el día de hoy, las Madres no descansan en su reclamo por justicia y la ronda continúa girando cada jueves. Precisamente, en homenaje a su lucha inclaudicable, se ubica la obra permanente Pasos Encontrados, del artista rosarino Dante Taparelli, que consiste en una serie de huellas de bronce colocadas sobre las baldosas. Las mismas fueron creadas a partir de un molde prototipo realizado en base a la huella tomada a cinco Madres de Plaza de Mayo: Norma Vermeullen, Chiche Masa, Noemí de Devicenzo, Matilde de Toniolli y Lila Forestello.

También en la plaza existe otra intervención artística en reconocimiento a la lucha de las Madres, denominada La Ronda. Es una obra cinética desarrollada por la agrupación Hijos que representa el andar en círculos de los pañuelos blancos, símbolo reconocido universalmente por la lucha de los derechos humanos a partir del sentido que ellas le otorgaron.

Segunda posta: mujeres de la cultura

El recorrido continuó frente a la plaza, en una de las viviendas más antiguas de Rosario. Sobre calle Santa Fe se ubica el ingreso y la fachada, la única de la ciudad constituida en su totalidad por mármol de Carrara, de lo que actualmente es el Museo de Arte Decortativo Firma y Odilio Estévez

En este caso, el reconocimiento fue para una mujer que hizo un aporte invaluable a la cultura de la ciudad: Firma Mayor. Junto a su esposo Odilio Estévez, detentaban la propiedad de lo que hoy es el Museo, además de algunas otros inmuebles del sector. Una vez que Odilio falleció, fue Firma quien estableció expresamente en su testamento que la propiedad debía ser donada íntegramente a la Municipalidad de Rosario con su colección de pinturas, esculturas, el mobiliario y sus objetos decorativos.

Por si fuera poco, Firma, que también era integrante de la Asociación de Amigos del Museo Histórico Provincial Julio Marc, donó una serie de objetos que se exhiben en ese espacio. 

Tras observar y apreciar la fachada principal de calle Santa Fe, las y los participantes ingresaron al interior del museo por el pintoresco contrafrente que la casa posee sobre calle San Lorenzo y que antiguamente era el área de servicio. Ya en el interior pudieron recorrer algunos de los espacios del lugar, como el tradicional Patio Español. 

La directora del museo, Analía García, recibió al contingente y contó detalles y anécdotas del lugar y de la propia Firma, una mujer que hizo un aporte magnífico a la cultura de la ciudad y que prontamente, tras una serie de tareas de restauración que el municipio está desarrollando, podrán ser disfrutadas por todas y todos nuevamente. 

Mujeres solidarias: tercera parada

En la calurosa tarde rosarina, la siguiente posta fue el Palacio de los Leones. El edificio, sede del Ejecutivo local, es conocido con ese particular nombre por dos leones, construidos en mármol de Carrara, que flanquean la escalinata de acceso a la entrada principal. Esas obras fueron donadas por el otrora intendente de la ciudad Agustín Mazza.

Pero la historia que interesa no es la del ex jefe municipal, sino la de su hermana y la de un grupo de mujeres solidarias: Margarita Mazza y las mujeres de la Sociedad de Beneficencia de Rosario.

La sociedad fue fundada en 1854, sólo dos años después de que Rosario sea declarada ciudad, y continúa en funcionamiento en nuestros días, siendo las más antigua del país de su tipo en actividad. El arduo trabajo de Margarita y otras mujeres, como Laureana Correa, hizo que rápidamente se vieran los frutos de su trabajo: a sólo un año de su creación, la organización lograba la puesta en marcha del primer Hospital de la ciudad, el actual Hospital Provincial de Zeballos y Alem. 

Margarita, a la que también nombraban Misia Margarita, la madre de los pobres, estuvo al frente de la sociedad durante 18 años y trabajó en diferentes epidemias y hambrunas. También se destacó por su labor y compromiso con las niñas y niños y por haber organizado, junto a Juana Blanco, la Sociedad Protectora de la Infancia Desvalida.

A su vez, a la par de recorrer orfanatos, hospitales y hasta cárceles, también se ocupó de los suyos: fue madre de 12 hijos. Supo además utilizar sus influencias en busca de beneficios para el conjunto de la sociedad rosarina y, según cuenta la historia, el día de su fallecimiento hubo un duelo popular. 

En Margarita y en las damas de la Sociedad de Beneficencia estuvo el homenaje para todas las mujeres solidarias de Rosario, las de ayer y las de hoy.

Mujeres de la Independencia

El trayecto siguió su rumbo hacia el Pasaje Juramento, ese pequeño sendero peatonal que une el Propileo Triunfal de la Patria, en la parte posterior del Monumento Nacional a la Bandera, con calle Buenos Aires, pasando entre el Palacio Municipal y la Iglesia Catedral. Precisamente en la pared lateral de la sede de gobierno local, una placa recuerda a un mujer rosarina que entró en la historia del país: María Catalina Echevarría de VidalNació en Rosario en 1788. Quedó huérfana de pequeña y fue adoptada por Pedro Tuella, amigo de sus padres. Su hermano, Anastasio, varios años mayor que ella, fue un abogado que acompañó fervientemente la lucha por la independencia y muy cercano al General Manuel Belgrano.

Por su amistad con Anastasio, Belgrano se hospedó en la casa de la familia Tuella durante su estadía en Rosario, cuando llegó con el objetivo de preparar dos baterías de cañones (Independencia y Libertad) sobre el Paraná para defensa ante el paso de los españoles.  Durante esa estancia en la ciudad, en febrero de 1812, el general mandó a confeccionar la bandera, con los mismos colores de la escarapela. La encargada de confeccionarla fue Catalina quien, junto a otras mujeres de la ciudad y siguiendo sus instrucciones, unió dos paños, uno celeste y otro blanco, precisamente cedidos por su padre adoptivo, propietario de un Almacén de Ramos Generales.

Fue esa bandera la que Belgrano enarboló el 27 de febrero de 1812 por primera vez frente a la costa del río Paraná, donde hoy se erige el Monumento a la Bandera. Por acompañar ese acto de rebeldía, Catalina ocupará por siempre un lugar, muchas veces invisibilizado, en la historia de la independencia argentina, como tantas otras mujeres desconocidas y ocultas que colaboraron con pasión por ese misma causa a principios de siglo XIX.

Lola Mora, última parada

Continuando por el Pasaje Juramento se puede observar una serie de obras de Dolores Candelaria Mora Vega, la primera escultora argentina, conocida popularmente como Lola Mora. Fue la última mujer homenajeada en este recorrido que duró alrededor de 90 minutos.

Nacida en 1866 en una localidad tucumana (aunque actualmente pertenece a la provincia de Salta), Lola fue hija de una familia pudiente, aunque perdió a sus padres a muy temprana edad. A pesar de su adolescencia complicada, decidió dedicarse al estudio del dibujo y pintura y, en su camino por perfeccionarse, viajó a Roma (Italia) para estudiar con uno de los mejores maestros de la época, quien la inclinó a dedicarse al arte monumental.

Sus ansias por progresar y destacarse, más su innegable talento, llevaron a que sea contratada en 1909 para crear el Monumento a la Bandera, en el mismo lugar en donde se sitúa el actual, pero muy distinto al que conocemos. A pesar de su trabajo, el estado nacional no cumplía con los pagos, lo que puso a Lola en una situación económica complicada. Los conflictos continuaron hasta 1925, cuando le rescindieron el contrato y se comenzó a promover un nuevo monumento.

Las obras de la artista habían llegado al país en 1915 y estuvieron durante años paradas en la aduana. Luego deambularon por distintos espacios de la ciudad hasta que a finales de la década de 1990 fueron emplazadas en su actual lugar, en el Pasaje Juramento. 

Lola Mora falleció en 1936 en la ciudad de Buenos Aires, luego de años de proyectos frustrados y al borde de la locura. Fue una mujer de gran talento que se animó a desarrollar actividades que a las mujeres de su época les estaban prácticamente prohibidas. "En mi vida cometí tres errores: nacer mujer, lograr ser escultora y tener ideas avanzadas para mi época”, una frase de la propia artista que probablemente ayuda a comprender mejor su vida. 

Mujeres orgullosas

Seguramente no haya sido casualidad que la mayoría de quienes se acercaron a disfrutar de este recorrido especial, guiado y gratuito, hayan sido mujeres. Entre ellas estuvieron funcionarias municipales, que integran el primer gabinete paritario del país, como la subsecretaria de Turismo, Alejandra Mattheus. 

"El objetivo fue poner en valores a aquellas mujeres que marcaron la historia de la ciudad", dijo la funcionaria, y señaló: "Me enorgullece mucho que estas mujeres hayan marcado la historia de esta ciudad. Es una ciudad sin fundadores, y no hubiese sido posible sin la lucha y la perseverancia de estas mujeres".

Mattheus se refirió, además, al éxito de los recorridos guiados de verano, que culminaron el fin de semana anterior. "Ni bien comenzamos la gestión planteamos estos circuitos como una actividad para el verano, tanto para los turistas que llegaban a la ciudad como para aquellos rosarinos que iban a estar en Rosario", sostuvo la subsecretaria, y remarcó: "Planteamos todos los sábados de enero y de febrero a las 19 y fue tal el éxito que agregamos los domingos a las 10".

Así, las tardes de verano fueron una buena oportunidad para que turistas y locales conozcan más sobre la historia de la ciudad y pudieran apreciar joyas arquitectónicas, con diferentes recorridos en puntos de interés de la ciudad

Y una de las personas fundamentales en esos recorridos, al igual que este último que buscó rescatar y homenajear a distintas mujeres, fue Norma, la guía de los circuitos. Rosarina y amante de la ciudad, se mostró más que satisfecha con el resultado de la experiencia y resaltó el interés de las vecinas y vecinos de la ciudad por conocer más sobre Rosario.

 "Me encantó porque la gran mayoría de la gente que viene es de la ciudad, tenemos turistas de todos lugares, pero ver el interés del rosarino en conocer su ciudad, sus espacios, es muy lindo, muy gratificante. Y a mí también me lleva a conocer mucho más", expresó la guía nacional de Turismo.

Sobre el circuito del último sábado, expresó: "Elegimos como ámbito la plaza 25 de Mayo, que es el sitio donde de alguna manera nació la ciudad, y a partir de ahí poder ir rescatando y enlazando con los espacios cercanos mujeres de la historia de Rosario".

"Me siento orgullosa de poder hablar, de poder contar estas historias, de rescatar estas mujeres y rescatar el valor de la mujer cuando se decide a luchar por algo, así como la figura protectora de la mujer y que la gente pueda tener real conciencia de este valor", concluyó con felicidad Norma.