22 de noviembre

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Modificaron parámetros de la ordenanza de eficiencia energética en construcciones

Ahora se contemplará la forestación del entorno de la construcción y se actualizó la medida de tolerancia para vidrios, adaptándose al mercado local y a los requerimientos de los profesionales.

El pasado 12 de octubre, el intendente Javkin firmó el decreto n° 1647 mediante el cual se actualizaron dos ítems en la ordenanza sobre aspectos higrotérmicos y demanda energética para construcciones mayores a los 300 m2. 

Uno de los puntos que se modificó fue el del rango de tolerancia de vidrios, el mismo fue adaptado a las posibilidades del mercado, y sosteniendo las exigencias de protección solar, según se establecen en relación a las orientaciones de cada una de las superficies semitransparentes. Con esta modificación se cambia la exigencia de factor de exposición solar admitiéndose un valor máximo de 0.39 para las orientaciones Este y Oeste. Se contemplarán  también para soluciones compuestas por vidrios y protecciones solares propuestas sobre la línea de balcón.

Otro de los puntos que se integró a esta normativa es la forestación. En este sentido se considerará si la forestación preexistente puede aportar al cumplimiento de la exigencia de FES (protección solar) requerida para las superficies expuestas del proyecto. Para ello el profesional deberá presentar un estudio analítico fundamentado de la forestación de la protección solar producida por el entorno natural y que cumpla con el FES exigido para la orientación.

En este punto, antes de emitir el certificado de aspectos higrotérmicos y luego previo a la emisión del certificado final, personal idóneo en el tema realizará la inspección del arbolado existente en cuestión. En dichas inspecciones se evaluará la ubicación relativa, la especie, el porte y el estado fitosanitario general de la forestación, entre otros parámetros para considerar el cumplimiento de la exigencia de protección solar establecida para cada superficie expuesta según su orientación.

Ambas modificaciones fueron evaluadas y consensuadas por la Comisión Especial establecida en la Ordenanza N° 8757, conformada por los colegios profesionales, las entidades académicas y la Municipalidad de Rosario.

Ordenanza N° 8757

Cabe recordar que la ordenanza N° 8757 que le pone marco a esta exigencia de construir teniendo en cuenta los aspectos higrotérmicos y demanda energética en la ciudad de Rosario se sancionó en 2011. Su implementación se realizó de manera gradual, y en estos momentos se tornó en una necesidad a la hora de realizar construcciones de viviendas con mayor eficiencia energética, teniendo en cuenta los materiales y los diseños. En este sentido, Rosario es la única ciudad en el país que tiene una normativa de aplicación efectiva.

El trabajo interinstitucional y el esfuerzo compartido posibilitaron la redacción de los distintos decretos consiguiendo que la ordenanza sea aplicable. La implementación efectiva se logró debido al compromiso y a la decisión política de la gestión municipal.

En julio del mismo año, se conformó la Comisión Especial que establecía la ordenanza. En mayo de 2013 se logró el consenso y se firmó un acta acuerdo entre todas las instituciones que conformaron la Comisión y para julio del mismo año se puso en vigencia el Decreto Reglamentario.

La aplicación fue de manera gradual, y hasta la actualidad ya se construyeron 962 obras que constituyen cerca de un millón y medio de metros cuadrados que contemplan estos parámetros de construcción.

Beneficios directos

Los beneficios directos de esta manera de construcción implican la disminución en el consumo energético (electricidad y gas) para climatización tanto de calefacción como de refrigeración. El ahorro puede oscilar entre el 40 % y el 80 % menos en la facturación siempre dependiendo además del modo y responsabilidad del uso.

También mejora en la habitabilidad y en las condiciones de confort higrotérmico, que es la oscilación de temperaturas (temperaturas medias radiantes superficiales). Y genera menores costos de mantenimiento por reducción de patologías constructivas habituales (condensaciones superficiales e instersticiales) y aumenta de la vida útil.

Por último, revaloriza los últimos pisos en los edificios de vivienda de propiedad horizontal, debido al aumento de la resistencia térmica del techo.