24 de noviembre

Cultura

La ciudad celebra 26 años de juego y convivencia

El municipio invita a grandes y chicos a jugar y compartir un momento de actividades lúdicas este miércoles 2 de octubre, siguiendo la iniciativa de los Consejos de Niñas y Niños.

Rosario se prepara para celebrar una nueva edición del Día del Juego y la Convivencia, una iniciativa que nació hace 26 años gracias a la propuesta de los Consejos de Niñas y Niños. Inspirados en las ideas del pedagogo italiano Francesco Tonucci, rosarinos y rosarinas tienen la oportunidad de jugar y compartir un momento de alegría en comunidad.

Todo comenzó en 1996, cuando el proyecto La Ciudad de las Niñas y los Niños llegó a Rosario, promoviendo la participación de las infancias en la construcción de su ciudad. A partir de ese momento, los Consejos de Niñas y Niños se convirtieron en espacios fundamentales para que sus voces fueran escuchadas y sus ideas se transformaran en políticas públicas.

Fue en 1998 cuando, a través de la Ordenanza 6581/98, se oficializó el Día del Juego y la Convivencia, a celebrarse cada primer miércoles de octubre. La idea surgió de los propios niños y niñas, quienes destacaron la importancia de jugar como un derecho y una herramienta para fortalecer los vínculos sociales.

¿Por qué jugar?

El juego es mucho más que diversión. Es una forma de aprender, de relacionarse con otros y de desarrollar habilidades sociales y emocionales. El juego fomenta la creatividad, la imaginación y el pensamiento crítico. Por este motivo, la Municipalidad de Rosario toma muy en serio los juegos de chicos y lo difunde como parte fundamental de su gestión.

Este año, el Día del Juego y la Convivencia se celebra el miércoles 2 de octubre. La Municipalidad invita a todos las personas a participar, sin importar la edad ni el lugar donde se encuentren. La idea es tomarse un tiempo para jugar, ya sea en familia, con amigos, amigas o compañeros y compañeras de trabajo.

Una iniciativa para construir una ciudad más justa y equitativa, celebrar en comunidad y hacer valer el derecho fundamental a jugar.