Matrimonio de Parque Casas consolida su emprendimiento productivo
Miriam Izi y Orlando Dalesandri se dedican desde hace 20 años al calzado. Tras arribar desde Acebal (víctimas de la crisis en la industria del rubro) sumaron capacitación a través del municipio.
Lejos quedó el Acebal natal de Miriam y Orlando, quienes tras el cierre de la fábrica de calzado donde trabajaban tomaron la iniciativa de arrancar su propio negocio en 2001, en el mismo rubro. Tiempo más tarde viajaron a Rosario porque sus hijos decidieron estudiar en la ciudad, y hoy tienen su emprendimiento, Creaciones Izi, en Miller y Uriarte, en el distrito Norte, desde donde distribuyen a toda la ciudad.
Mientras Orlando se ocupaba de la producción, Miriam participó del programa de formación municipal ABC del Emprendedor. “Me acerqué a Villa Hortensia y allí me orientaron acerca de las posibilidades para crecer en mi negocio. Con el crédito que pudimos obtener inicialmente compré nuevas máquinas y con los cursos, por ejemplo, aprendí a contemplar dentro de los costos el desgaste de las máquinas, dato que no tenía en cuenta antes", detalló Miriam.
Otro de los aspectos que posibilitó el crecimiento del emprendimiento fue el curso de Marroquinería y el módulo de Marketing: “Ahora no sólo ofrecemos calzado sino que lo combinamos con la cartera o bolso de playa, y eso ayuda a generar más ventas”, indicó la emprendedora.
Dentro de su oferta productiva cuentan con abotinados, pantuflas, alpargatas y zapatos de cuero a pedido. Su sello distintivo es una pequeña bandera argentina en el calzado. Su objetivo a largo plazo es duplicar la clientela, y aunque este año se les hizo muy difícil, siguen apostando al mercado interno con un producto accesible para todos.
“En la cadena productiva nosotros entramos en la reposición porque en el mercado se venden bolsas de zapatos cerradas por número y Creaciones Izi lo hace de manera individual. De modo que si el comerciante tiene faltante de un determinado calzado, nosotros podemos abastecerlo”, explicó Orlando.
Transmitir el oficio
El taller se encuentra en una habitación de la casa. Las paredes cuentan su propia historia. Colgados hay retratos familiares -ya con nietos-, banderines de clubes de fútbol y un modelo fallido de zapatitos de bebé que dejaron visible para recordar los aprendizajes.
La mesa está cubierta de retazos de telas coloridas, hormas y algunos modelos de zapatos.
Y, con todo, ambos decidieron que su ímpetu no debía quedarse entre cuatro paredes, por lo que abrieron un espacio para enseñar el oficio a todos aquellos que tuvieran ganas de continuar con la tradición de la zapatería artesanal.
Espacio para la recreación
Miriam no para un segundo. Con su sonrisa amplia y su mirada profunda, narra su historia de vida, los momentos difíciles y la alegría de ver su casa transformada con la presencia de sus nietos e hijos.
Cuando necesita cortar con la rutina, no sólo acude a los espacios municipales para avanzar con su emprendimiento familiar sino que también se hace tiempo para ir al Polideportivo Cristalería y hacer sociales en la pileta.
“Yo no dejo de vender en ningún momento. En mi familia me cargan y me dicen que me relaje, pero yo no puedo con mi genio”, cuenta con picardía Miriam.
Tal como lo hicieron ellos, desde la Municipalidad de Rosario se recordó a quienes tengan un emprendimiento o quieran iniciarlo que no dejen de informarse acerca de todas las posibilidades en rosario.gob.ar.