40° aniversario: El Museo de la Ciudad inauguró su patio totalmente renovado
La obra forma parte del proceso de revitalización edilicia que la institución lleva adelante y responde al diseño ganador del concurso organizada por el Municipio y la Fundación San Cristóbal.
Este martes 24 de agosto, el Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich inauguró su patio totalmente remozado según el diseño del proyecto ganador del concurso El Patio de la Ciudad, organizado por la Municipalidad junto al Espacio Multicultural de la Mutual del Personal Grupo San Cristóbal y el patrocinio de la Fundación San Cristóbal, en el marco del 40° aniversario de la institución que se celebra en la fecha.
Con esta habilitación, el Museo de la Ciudad culmina el proceso de revitalización edilicia a partir de la puesta en valor del patrimonio histórico que entra en diálogo con un proyecto contemporáneo que actualiza los usos del patio y sus vinculaciones con el entorno.
Al inicio del evento, el secretario de Cultura y Educación, Dante Taparelli, dio la bienvenida y celebró la renovación del emblático espacio cultural. “Hay tres generaciones de rosarinos acá, es muy emocionante reunirnos en este patio renovado, gracias al intendente Pablo Javkin y a esta gestión que está dándo un impulso inédito para estas ideas renovadoras”, manifestó el funcionario, y seguidamente agradeció también a la empresa San Cristóbal por el acompañamiento. “Esta es la casa de la memoria de la ciudad, contiene parte de su pasado, lo que está sucediendo y va a contener lo que suceda en el futuro”.
Acompañado por la secretaria de Planeamiento Agustina González Cid, Taparelli expresó su “orgullo” por el trabajo realizado durante la pandemia por parte del equipo del museo y de otras secretarías, al destacar: “Me da mucha alegría ver que todo esto tan feo que nos pasó se manifiesta de manera creativa”. Además, saludó a los representantes de la Asociación Amigos del Museo, encabezada por Elías Soso, presentes en la ocasión.
Por último, Taparelli anticipó: “Se vienen cosas muy hermosas, la ciudad es consciente y dueña de sus museos y los ama. Esos objetos que nos ven pasar en lo cotidiano tendrán un futuro noble, que es el destino de los bienes colectivos”.
“Partimos de una historia marcada por la pandemia pero este museo se mantuvo con una actividad enorme, con las obras de restauración que nos permitieron ver el edificio como lo estamos observando hoy”, expresó por su parte el director del Museo de la Ciudad, Nicolás Charles.
Al enumerar las distintas obras de refacción que se llevaron a cabo durante la última etapa, el funcionario destacó que“uno de los requisitos era hacer accesible el museo para todos y todas”, al referirse a la construcción de rampas.
“Cuando salen al patio, que es el patio de toda Rosario, se van a encontrar con algo disruptivo, que es la Reunión de cielos, proyecto ganador del concurso que nos invita a encontrarnos nuevamente en un foro comunitario, con actores y organizaciones de toda la ciudad”.
“El trabajo del museo se transforma y pasa de una lógica netamente cultural a una social, porque el museo se encarga de la vida cotidiana, recupera la vida cotidiana de los rosarinos y rosarinas, nuestras colecciones lo confirman. Las voces del museo se construyen con ustedes de manera descentralizada, el museo no está solamente en este edificio ”, afirmó Charles, tras detallar la iniciativa de turismo cultural de recorrida por los barrios con Semana Candia.
Por su parte, el representante de San Cristóbal Seguros, Alfredo Cherara, sostuvo: “Es un orgullo y un placer contribuir a cuestiones vinculadas al desarrollo cultural de la ciudad, de la provincia y del todo el país en su conjunto”.
“Más allá de la cuestión monetaria, es un placer contribuir a la cultura, como lo hacemos desde hace 60 años en todo el país, en particular en este concurso, porque significa un apoyo a la tarea que se está desarrollando, y premiar a jóvenes creativos que nos han regalado este diseño que es innovador y creativo, y que va a ser icónico en su ámbito”, cerró el empresario.
Cabe señalar que el pasado 6 de agosto el Museo de la Ciudad reabrió sus puertas luciendo dos remodelaciones clave a nivel edilicio: se construyeron dos rampas en reemplazo de las escaleras que conducían a las salas expositivas, y se refaccionaron y pusieron en valor las galerías frontales del edificio restaurando las molduras y barandas históricas de las galerías y del techo. Se trata de obras que pudieron concretarse gracias a la inversión conjunta de los sectores público y privado.
Durante el acto, que se llevó adelante con invitación y aforo teniendo en cuenta las disposiciones sanitarias vigentes, se hizo entrega, además, del premio al proyecto ganador del concurso El Patio de la ciudad, que recayó en Reunión de cielos, de Francisco Ansalas junto al colectivo de artistas Islote, representado por Pablo Ferreira y Gabriel Vaschetto. También hubo dos menciones honoríficas para Luis Rodríguez y para el equipo formado por María Agustina Coulleri, Guido Bressan y Gastón Molinuevo.
Toda la ciudad en un museo
El Museo de la Ciudad se ubica en el corazón del parque de la Independencia en una casona antigua en la que funcionaba la administración de Parques y Paseos Municipal y la Escuela de Aprendices de Jardinería. Su nombre, Wladimir Mikilievich, hace honor a uno de los más importantes historiadores y archivistas de Rosario.
La institución surge como parte de una serie de iniciativas que tenían su foco puesto en analizar y dar a conocer la historia de Rosario, apelando a la noción de ciudades capaces de conocer su propia historia. En agosto de 1981 se concreta su nacimiento, aunque su inauguración formal se remonta a junio de 1982 durante la gestión de Alberto Natale, quien proveniente del PDP ocupaba la intendencia durante los últimos años de la dictadura militar.
Su sede inicial se ubicaba sobre Bulevar Oroño a la altura del 1450, entre las calles Zevallos y Montevideo. Allí tuvo lugar la primera exhibición dedicada al artista Julio Vanzo. Al museo también lo acompañaría la creación de la carrera de Museología, indispensable para contar con profesionales especializados en este tipo de instituciones.
Entre los últimos años de la década del 80´ y principios de la siguiente, el museo fue conformando una extensa colección gracias a donaciones que permitieron contar con valiosos objetos del pasado rosarino, entre los que podemos destacar a la Farmacia Dinamarca o el Bar Soberón, entre muchos otros.
También se iría organizando un importante archivo documental a través de aportes particulares, ocurriendo procesos semejantes en lo que respecta a lo bibliográfico y fotográfico. Lo diverso de las procedencias así como de su tipología, produjo que el Museo cuente con un extenso inventario donde prima una rica heterogeneidad, resguardando textiles, mobiliario, elementos decorativos, instrumental médico, elementos de escritura, electrodomésticos y radios, así como elementos de artes gráficas, fotografías y daguerrotipos, censos históricos, mapas, recipientes de fármacos y muchas otras categorías.
Hacia 1992 se propondría una nueva sede para el Museo, siendo elegido el edificio que ocupaba en ese momento la Administración de Parque y Paseos ubicada dentro del Parque de la Independencia -en Bulevar Oroño a la altura del 2300-, concretándose su inauguración el 14 de septiembre de 1993. A la diversa y creciente colección, como referíamos anteriormente, se van a sumar en esta etapa diversos rescates urbanos, a través de los cuales el Museo se transformó en resguardo de partes de un patrimonio en vías de extinción.
El ayer y el mañana, desde el hoy
El Museo de la Ciudad llega al día de hoy interpelado e interpelando la realidad, pudiendo dar cuenta de voces que hasta el momento no se escuchaban, como sucedió con la muestra Obreras, o que buscan expresarse en un contexto disruptivo como el actual a través de Registro de Pandemia. La misión como institución cultural es consolidarse como un museo abierto, promoviendo la participación e inclusión socio-comunitaria y estableciéndonos como un lugar de referencia para pensar la identidad histórica de rosarinas y rosarinos.