El Centro de Convivencia La Esperanza cumplió 19 años y festejó con su comunidad barrial

Vecinas y vecinos del barrio La Esperanza celebraron este jueves 22 de junio el 19º aniversario del Centro de Convivencia Barrial (CCB) de su barrio ubicado en Herrera 2240. Desde temprano, el patio se llenó de música, colores y juegos para grandes y chicos. También hubo números de percusión, obra de títeres y platos elaborados por toda la comunidad, en un encuentro que puso de relieve la profunda vinculación de ese ámbito territorial municipal con el barrio en el que cumple su labor de integración e inclusión social, de modo análogo a la treintena de CCB desplegados a lo largo de los seis distritos. 

A partir de las 11 de la mañana, chicas y chicos se adueñaron del patio del centro La Esperanza para participar de juegos tradicionales como el sapo y el metegol. Además, grupos de jóvenes y mujeres del barrio se desafiaron a jugar al futbol-tenis y al vóley. 

A su turno, el espacio de percusión que funciona en el CCB armó una dinámica participativa que integró al público al ritmo de los cajones. Luego, la atención de grandes y niños fue cautivada por una obra de títeres a cargo del Grupo Timbó.

Betina Almirón, coordinadora de La Esperanza, habló sobre el trabajo previo al festejo que permitió la elaboración colectiva del agasajo que se degustó durante la jornada. En diferentes encuentros, los chicos, jóvenes y adultos fueron preparando pizzetas de remolacha, acelga y zanahoria, y muffins de manzana, banana y remolacha.

Por su parte, el grupo de jóvenes que participa de la capacitación gastronómica del Programa Nueva Oportunidad hizo panes saborizados.

Un espacio con historia

La institución de Herrera 2240 se inauguró como Centro Crecer el 16 de junio de 1998 -en el marco del Programa Crecer-, en un predio que funcionaba anteriormente como comedor comunitario. Luego de ser un centro territorial de referencia, en el año 2013 adquirió su actual nombre y modalidad de funcionamiento, en el marco del Plan de Convivencia Barrial.

Dolores vive en Nuevo Alberdi y trabaja hace 21 años en el CCB La Esperanza, desde la época en que funcionaba como comedor comunitario. Actualmente, sigue trabajando como Promotora Socioalimentaria, y destaca la importancia que ha tenido a lo largo de los años esta institución para los vecinos de la zona.

Entre mate y mate

Mayra y María Rosa son vecinas del barrio y participan con sus familias de diferentes actividades del CCB. Al calor del sol, en el patio del centro y entre mate y mate, cuentan sus experiencias.

Mayra tiene cuatro hijos, de 4, 12, 13 y 16 años, que participan o han participado de alguna actividad en el centro, como percusión, natación o el proyecto de canotaje Barrios de cara al río. “El año pasado traía a mi nena a la salita de tres y este año vengo a acompañar a mi sobrino”, comenta mientras ceba un mate.

Destaca, asimismo, que el equipo del centro se preocupa por los chicos de todas las edades y que van a recorrer el barrio invitando a los vecinos a sumarse a las propuestas. “Se acercaron a mi casa, me preguntaron si los chicos estaban yendo a la escuela y si quería anotarlos para hacer alguna actividad, y si alguna vez los chicos no vienen van hasta la casa y preguntan por qué no vinieron”.

María Rosa es abuela de Thiago, que actualmente concurre a la sala de 3 años, y de Benjamín, que transitó ese espacio el año pasado. Su hija menor, de 21 años, está participando del curso de panificación desarrollado en el marco del Programa Nueva Oportunidad. Además, María Rosa comenta que su hija es asesorada y orientada desde el centro para hacer frente a una situación de violencia de género.

Esta vecina asegura que todo el equipo, desde la cocinera hasta las educadoras, “se han ocupado siempre de que no nos falte nada, y siempre tratan de integrar a todos, que nadie en el barrio quede afuera”.

Salas de 4 años

Gracias a un convenio firmado entre el Ministerio de Educación de la Provincia y la Municipalidad de Rosario que busca promover acciones comunes tendientes a la universalización progresiva de la sala de 4 años de edad correspondiente al nivel inicial, en el CCB La Esperanza funciona desde abril de este año una sala para niñas y niños de 4 años.

Daniela, Cecilia y Alicia son directora, maestra y auxiliar respectivamente del Jardín Nº 235 Canción del Jacarandá, que tiene uno de sus núcleos funcionando en el CCB -que se suma a los de las escuelas Nº 1254 y Nº 1210-. Al festejo de aniversario del centro llevaron un plantín de jacarandá como obsequio, árbol que los representa como institución y, del que hay un ejemplar en cada núcleo.

Daniela señala que tenían muchos niños anotados en la sala de 4 pero no tenían espacio para dar las clases, por eso abrieron la sala en el CCB, que funciona todos los días en el turno tarde, con un grupo de 21 chicos. Cecilia y Alicia, por su parte, explican que el grupo de chicos está conformado principalmente por niñas y niños que concurrieron el año anterior al CCB, y destacaron lo positivo de la experiencia de articular con el centro, por el clima familiar del lugar y la actitud colaborativa que demuestran los padres.

Centros de Convivencia Barrial

En el marco del Plan de Convivencia Barrial, que desde el año 2013 enfatiza el trabajo del municipio en espacios de integración, inclusión y participación ciudadana en cada barrio de Rosario, se sostienen 31 centros de Convivencia Barrial.

Los CCB promueven procesos de inclusión dirigidos a la población de mayor vulnerabilidad social, priorizando la primera infancia, los jóvenes y los adultos mayores. Se atiende, protege y acompaña el desarrollo integral de cada uno de los miembros de la familia. Entre los procesos de inclusión social se desarrollan la permanencia en el sistema educativo formal e inclusión en espacios deportivos-recreativos para niños y jóvenes, inclusión socio-laboral para jóvenes, e incorporación de adultos mayores en actividades socio-educativas y recreativas.